Los Annunaki

Los Annunaki

El termino Annunaki es el nombre de un grupo de deidades sumerias y akadias relacionados con los Annuna (los “cincuenta grandes dioses”) y los Igigi (dioses menores). 

El nombre se escribe variablemente “a-nuna”, “a-nuna-ke-ne”, o “a-nun-na”, significando más o menos “los de la sangre real” mientras otros grupos postulan que significa (Anu=Cielo, na=y, Ki=Tierra), descrito como la quinta generación de dioses en la epopeya babilónica de la creación, el Enuma Elish. 

La leyenda sumeria dice que existe un planeta más en nuestro sistema solar, llamado Nibiru por los sumerios, que tiene una órbita elíptica similar a la de un cometa y que tarda 3600 años en dar una vuelta completa alrededor del sol.

Sitchin, así como otros investigadores sostienen la teoría de que los antiguos sumerios conocían la existencia de todos los planetas del Sistema Solar y la presencia de un planeta más, del cual procedían los Annunaki, y que en sus principios fueron el génesis de la vida sobre la Tierra y la causa de la rápida evolución del hombre en nuestro mundo mediante Intervención Genética. 

Según los sumerios sus dioses bajaron cuando no existía vida. Para los sumerios, al igual que para otros muchos pueblos de la antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que habitaron entre ellos y de los que aprendieron numerosas actividades. Hicieron de la Tierra su hogar y empezaron a construir ciudades que asociaron a funciones determinadas.

Según un mito babilónico más reciente, los Anunaki eran los hijos de Anu y Ki, los dioses hermano y hermana, ellos mismos, los vástagos de Anshar y Kishar (pivote del cielo y pivote terrestre, los postes celestiales ). Anshar y Kishar eran los hijos de Lahm y de Lahmu (“los fangosos”), nombres dados a los guardias del templo en Eridu, el sitio de Apsu en el cual la Creación según ellos ocurrió. La cabeza del consejo de Anunnaki era el gran Anu, (más que ser un dios del cielo, Anu realmente significa “cielo”), de Uruk y los otros miembros eran sus descendientes. 

Su lugar fue tomado por Enlil, (En=señor, lil=viento, aire), quien, en la antigüedad era pensado como el separador del cielo y de la tierra. Esto dio lugar a un conflicto entre Enlil de Nippur y su hermanastro Enki de Eridu, sobre la legitimidad de Enlil como gobernante Celestial y terrestre. Enki, (En=señor, Ki=Tierra), además de ser el dios del agua dulce, era también dios de la sabiduría y de la magia, y era mirado por algunos como alquimista. Cuando el Igigi decidió hacer huelga y rehusó continuar trabajando para mantener la armonía del Universo, en el Shappatu (hebreo: Shabbat), Enki creó a la humanidad para que ésta asumiera la responsabilidad de realizar las tareas que los dioses habían abandonado.

Los Anunaki, por su parte, eran los compañeros altísimos (Alto concilio) del consejo de los dioses y de Anu. Fueron distribuidos sobre la tierra y el el mundo subterráneo o bajo mundo. Los más conocidos entre ellos eran: Asaru, Asarualim, Asarualimnunna, Asaruludu, En-Ki (Ea para los Akadianos), Namru, Namtillaku y Tutu. (Un análisis convencional de la práctica religiosa sumeria se puede encontrar en el libro de A. Leo Oppenheim., Mesopotamia antiguo: Retrato de una civilización muerta, una edición revisada que se publicó en 1976. En dicha obra, Oppenheim se muestra muy precavido respecto de las interpretaciones sobre los dioses que “perdieron la civilización”).

Mientras algunos eruditos descuentan la relación entre la vida extraterrestre y las civilizaciones antiguas, existen otros que son partidarios de la idea sobre antiguos astronautas, tales como Zecharia Sitchin (q.v.), Sherry Shriner, Laurence Gardner, Juan Andres Salfate y David Icke, quienes creen que los Anunnaki fueron creados adicionalmente de los "semi-Extraterrestres" venidos a la tierra durante la antigüedad para crear o alterar el ADN del hombre primitivo. Estos estudiosos proponen varias acepciones de la palabra "anunakis", dos de las cuales son “anu-na-ki” y “an-unnak-ki”, que tradujeron como “los que vinieron de cielo a la tierra”. (muy similar a la traducción Raëliana de Elohim.)

Lo que hizo polémico el trabajo de Sitchin fue el postulado de que una supuesta raza muy avanzada, de seres llamados Anunnaki, ayudaron a los sumerios a comenzar su civilización.

En 1976, Zecharia Sitchin, quien traducía los textos cuneiformes sumerios, publicó el primero de sus libros: El duodecimo planeta. En este libro habló de maravillas y conocimientos tecnológicos que, según él, tuvo la civilización antigua de Sumeria. Sitchin resume que los Anunnaki serían un grupo antiguo de extraterrestres que obraron recíprocamente con los sumerios, y pudieron traer tecnología avanzada a esa civilización. El estudioso describió el mundo de estos seres (Nibiru), como un planeta misterioso que vuelve a la vecindad del Sistema Solar cada 3.600 años.

Quienes siguen la idea de los astronautas antiguos, postulan que los sumerios creían en la existencia de un planeta llamado Nibiru, que orbitaba dos sistemas solares y que era el hogar de dos razas: la de los Anu y la de los nefilim. Dicen también que cada 3600 años, este cuerpo celeste visita nuestro sistema solar. 

Según esto, los Anu vinieron como maestros a la Tierra y crearon una raza auxiliar, los seres humanos, enlazando su propio material genético con la del homo erectus. Los Anu eran descritos como hombres semidivinos, pero de doble estatura (los gigantes); genéticamente hablando, se mostraban como una raza esclava, dedicada a sacar oro de las minas para restaurar la atmósfera de Nibirus. En un cierto punto, continuando con esta versión, se dice que los Anunnaki pasaron el control de la tierra a los seres humanos, aunque hubo en ellos tentativas de destruirlos.


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