La Impersonalidad

La Impersonalidad

Muchos hechos del mundo interior se revelan a los seres humanos a medida que su consciencia va siendo impregnada por la impersonalidad.

La impersonalidad comienza a surgir a partir del contacto con el yo superior, sin embargo, se expresa plenamente sólo cuando las energías monádicas pasan a fluir libremente en los cuerpos. Por lo tanto, no se puede alcanzar la impersonalidad por medio del esfuerzo humano; ella es fruto de la entrega del individuo al Regente*, a lo más elevado que existe en el interior de su propio ser. Se puede, no obstante, preparar el terreno para recibir tan preciosa semilla, que desde los mundos sublimes desciende a la vida material. Esa preparación se hace a través del desapego a lo que es conocido, de la renuncia a las tendencias del ego, de la búsqueda de la esencia única de la vida, presente en todo y en todos.

Aquel que en los planos externos manifiesta impersonalidad, no es quien trata a los demás indiferentemente; al contrario, por haber conocido la Verdad, con reverencia se inclina ante la presencia divina en todos los seres y a ellos les ofrece la exacta cantidad de energía que necesitan, llevándolos, por medio de su entrega y de su irradiación, a la disolución de los lazos terrestres y al contacto con horizontes más amplios.

Para que podáis ver el nacimiento del sol, tenéis que subir a las altas montañas. Sólo allí, distantes del escenario de la vida personal, podréis bañaros en los rayos de la verdadera existencia, que cada día os invita a renacer.
No intentéis hacer, con vuestras manos, lo que el Espíritu debe hacer en vosotros. Dejaos transformar en llama pura de devoción y entrega, y elevaos al Creador. Así, y solamente así, podréis ver Su sublime faz reflejada en todos vuestros hermanos y junto a ellos, cumplir la tarea que os fue asignada.
Una nueva realidad ya se muestra en el planeta, la realidad del Espíritu que, libre de las cadenas materiales, eleva la Tierra al Cielo, trayendo de allá los sagrados bálsamos de los tiempos venideros. Sois parte de esa gran Obra, sois portadores de la nueva semilla. Regadla, pues, con el agua pura de la vida interior; sus brotes fortalecidos expresarán la promesa cósmica, supremo destino de todos los seres humanos.
*Regente - Consciencia o núcleo encargado de captar y transmitir el impulso evolutivo para todas las partículas existentes en determinado ámbito y de conducirlas a la realización.
Extraído del libro "Secretos develados" – Trigueirinho - Editorial Kier - Páginas 27 y 28


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