Qué son los Arcontes - Arcontes y El Demiurgo

 


Los Arcontes o Archones El Demiurgo

Qué son los Arcontes - Arcontes y El Demiurgo

Etimológicamente la palabra Arconte proviene del griego y se utilizaba para designar a los dirigentes del gobierno de las ciudades y a los magistrados, por lo tanto su significado se refiere a dirigentes o gobernantes.

Ahora bien, su significado esotérico proviene del gnosticismo, una rama del cristianismo mistérico que en realidad era un sincretismo de muchas corrientes religiosas, esotéricas y filosóficas que se desarrolló entre el siglo I antes de Cristo y el siglo IV después de Cristo, cuya filosofía se basaba en que el ser humano no se salvaba mediante la fe ni mediante la acción divina, sino mediante la gnosis, o el conocimiento introspectivo de lo divino.

Por lo tanto para los gnósticos, el Demiurgo y sus Arcontes, al pertenecer a la materia, eran lo imperfecto, lo degradado, el mal, lo opuesto al espíritu, y su misión era atar a los humanos a lo material para evitar que conocieran la divinidad mediante la Gnosis.

El término "Demiurgo" proviene de una palabra griega y se ha aplicado a varios creadores no bíblicos del universo. Literalmente su significado se refiere a un trabajador público, demioergós, demiourgós, usada originalmente para designar a cualquier artesano que ejercía su oficio o comercio para el uso del público. Posteriormente se comenzó a usar technítes para designar al artesano común, mientras que demiurgo se separó para el Gran Artífice o Fabricador, el Arquitecto del universo.

Aunque fue usado libremente para indicar al Creador, la palabra nunca se usó estrictamente para denotar “al que produce a partir de la nada” para esto los griegos usaron la palabra ktístes, se usó para “uno que forja, forma y modela”.

Para la filosofía griega el creador no es necesariamente idéntico con Dios, como fuente primera y suprema de todas las cosas; puede ser distinto e inferior al espíritu supremo, aunque también puede representar la expresión práctica de la razón de Dios, el Logos como operativo en la armonía del universo.

Las primeras referencias conocidas de los Arcontes o Archones se encuentran en el Pistis Sophia (El Evangelio de Valentino) un texto gnóstico que fue descubierto en el año 1773, escrito en el siglo II, incluido junto a Los Manuscritos de Nag Hammadi o Biblioteca de Nag Hammadi, el cual relata las enseñanzas gnósticas de Jesús transfigurado a sus discípulos, incluyendo a su madre María, María Magdalena y Marta, según el cual, Jesús asciende a los cielos y desciende de ellos para adoctrinar a sus discípulos:

1. Cuando resucitó de entre los muertos, Jesús pasó once años hablando con sus discípulos.

5. Y Jesús no había anunciado todavía a sus discípulos toda la emanación de todas las regiones del gran invisible, y de los tres triples poderes, y de los veinticuatro invisibles, y de sus regiones, y de sus eones, y de sus rangos, todo según la manera como emanan aquellos que son los mismos que los próbolos del gran invisible, y no les había explicado sus nacimientos, y sus creaciones, y su vivificación, y sus archones, y sus ángeles, y sus arcángeles, y sus decanos, y sus satélites, y todas las moradas de sus esferas.



Arcontes y Demiurgo

Los Arcontes son agentes del demiurgo del creador de este mundo, del Ángel Caído, aquel que quiere convertirse en dios y que todos los demás seres del mundo espiritual se arrodillen ante él. Encargados de combatir al mundo espiritual del incognoscible. Para ello los arcontes crearon a los humanos y encerraron nuestros espíritus libres en la ilusión material del demiurgo. Creando las religiones, para la adoración del demiurgo. Los Arcontes se comportan como engañadores, como parásitos psíquicos que implantan ideas en nuestra mente y nos empujan a acciones dirigidas por ellos. Sólo las personas con mayor evolución espiritual la que se escapan de la influencia psicológica que ejercen los Arcontes en nuestra mente.

De acuerdo con los textos gnósticos los Arcontes fueron los que crearon nuestra realidad y al ser humano. Para ello ha creado una ficción de la realidad, el mundo real, el del espíritu, ha quedado encerrado en la propia ilusión material del demiurgo.

Por lo tanto los Arcontes son los agentes del Demiurgo en la tierra para mantener a la humanidad alejada de su fuente natural, que es la del espíritu. Ellos nos envuelven en pensamientos, en deseos, en miedos, nos manipulan como robots hacia nuestro destino porque no somos conscientes que nuestra vida no la escribimos nosotros, sino que son ellos las que la escriben. Estamos en su red y sólo las personas con verdadero crecimiento espiritual logran alcanzar estados en donde los Arcontes ya no pueden manipular. Para combatir a estos enemigos del espíritu es esencial la práctica de la oración, la meditación, el silencio, el retiro espiritual o cualquier medio que nos permita mantener un alto nivel de consciencia y desarrollo espiritual. Como sus creadores, los Arcontes son los gobernantes de este mundo, no existe poder político, económico o religioso que no esté avalado de alguna forma por ellos.

Los Arcontes en el Gnosticismo

A los Arcontes los vemos reflejados en Los Manuscritos de Nag Hammadi o Biblioteca de Nag Hammadi, una colección de textos, en su mayor parte adscritos al Cristianismo Gnóstico Primitivo, descubiertos cerca de la localidad de Nag Hammadi, a unos 100 km de Luxor, en el Alto Egipto, en diciembre de 1945. Específicamente en el capítulo titulado La Hipóstasis de los Arcontes, un texto que se ha conservado en un único testigo copto, constituyendo el tratado 4 del Códice II de Nag Hammadi (NHC II, 4, pp. 86, 20 – 97, 23). Es precisamente a través de estos manuscritos que conocemos toda la información esotérica sobre los Arcontes del Destino.

Su contenido se presenta como una instrucción sobre el tema de los dominadores o Arcontes,  de este mundo mencionados por San Pablo. La intención expresa de este escrito (86.26 - 27) es enseñar la verdad sobre los poderes que tienen autoridad sobre este mundo.

El título podría traducirse por «la realidad de las potestades», y sería una especie de Génesis verdadero, una reescritura del génesis que narra cómo fue en realidad la creación y cuál es la naturaleza de los verdaderos poderes que dominan el mundo material que serían los Arcontes o dominadores.

Si analizamos los Arcontes desde el punto de vista gnóstico, entenderemos que, en ese contexto, fueron considerados ángeles y demonios del antiguo testamento.

El relato comienza con el alarde del Demiurgo, el Arconte principal, en palabras atribuidas al Dios de la Biblia: "Yo soy el que soy, Dios no es nada separado de mí". Puede agregarse como objetivo del tratadista cristiano la clarificación de la condición del hombre gnóstico (la raza de Set) y su conflictiva relación con los "príncipes de este mundo". Con este fin, el autor procede a una rectificación de la historia sagrada.

Después de una breve alusión al primer arconte, pasa a la creación del hombre explicada a partir de los textos del Génesis interpretados con una técnica midráshica. Los Arcontes crean primero al hombre terrenal como una copia de su propio cuerpo y según la imagen divina. Después de nombrar varios animales y aves, los arcontes ponen a Adán en el Jardín del Edén, y tratan de tomar el espíritu que ha recibido de lo alto. Pero este espíritu se hace una mujer, "Madre de los vivientes" (89: 15). Los arcontes tratan de violarla, pero se convierte en un árbol, dejando que solamente un reflejo de sí sea profanado. Este reflejo es la "Mujer carnal" (90: 2), la bíblica, que se hace esposa de Adán.

La original, mujer dotada de espíritu se hace una serpiente ahora, y en esta forma enseña a Eva, diciéndole que coma del árbol del conocimiento del bien y el mal. Eva y Adán lo hacen y son expulsados del jardín como en el Génesis; la diferencia está en que aquí el Arconte principal es un ser ignorante, celoso y temeroso. La Eva psíquica levanta a Adán, y después la Eva espiritual, "viva semejanza de la divinidad", lo convierte en hombre espiritual.

Como se mencionó anteriormente, estos escritos gnósticos fueron encontrados en 1945 y hasta la fecha no se tenía ningún conocimiento de estos seres. Los escritos fueron enterrados salvándolos de la persecución de la Iglesia Cristiana que persiguió con dureza todas las enseñanzas que considerara contrarias a su doctrina y los gnósticos fueron uno de los colectivos más perseguidos de la época.

En el gnosticismo los Arcontes se presentan como servidores del Demiurgo de este mundo. Servidores de la luz, Lucifer, creador de la materia y padre de la mentira. Lucharían contra el Incognoscible o espíritu original. Combaten en la lucha esencial entre la materia y el espíritu, entre el mundo de lo creado y lo increado. La materia sería la caída desde el mundo del espíritu y el Demiurgo buscaría atrapar a todos los seres espirituales en su ilusión material, en su propia caída.

El argumento teogónico conocido como el origen de los Arcontes, es abordado en segundo lugar y presentado como una revelación del ángel Elelet a Norea. El ciclo teogónico explica el origen del arconte a partir de la materia. El relato cambia a la primera persona, y en el texto se asume la forma de un discurso de revelación, donde el narrador pregunta a Eleleth sobre la naturaleza y el origen de los arcontes, sobre su propia naturaleza y sobre la cantidad del tiempo restante hasta la liberación escatológica de los "hijos de la luz" (97: 13-14).

Para los gnósticos Yahvé Sebaot es un Arconte que se hace pasar por dios. El Demiurgo jefe de los Arcontes que quiere que todos los seres se arrodillen ante él y lo adoren y pide sacrificios, guerra y sangre. El dios del Antiguo Testamento,  un dios terrible que exige sangre, que pide a todos los que no le agradan sean exterminados. Este es Yahvé Sebaot, el Arconte.

Para un gnóstico el Yahvé Sebaot del Antiguo Testamento es también el Alá de El Corán que exige que los hombres se arrodillen ante él y lo adoren, además exige sacrificios humanos a modo de sangre y guerra. Todo el que no observe su verdad será obligado a convertirse o exterminado. Además este Arconte Jefe ha creado los bandos antagónicos para que se enfrenten entre sí y proveerse de suficientes sacrificios humanos y sangre en su nombre.

Los arcontes crearon la religión, la Biblia, La Torá y el Corán para ser adorados y para asegurarse la suficiente sangre para sus sacrificios. Para que la humanidad viviera en eterno conflicto consigo misma y no pudiera despertar. Así como en el judaísmo, se adora al Arconte jefe, Yahvé Sebaot.

Desde el punto de vista de los gnósticos, los seres humanos somos creación de Yahvé Sebaot, espíritus libres encerrados en un cuerpo y en el mundo material de un Demiurgo o Ángel Caído, quien nos ha marcado como sus esclavos para su servicio.




Los Arcontes en la Biblia

Los Arcontes aparecen en la Biblia en la Primera Carta a los Corintios de San Pablo «Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. » Ya San Pablo reconoce que este mundo material posee unos dominadores. Si continuamos leyendo la Carta a los Corintios encomtramos:

7 Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo

8 aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria.

9 Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman.

Los Arcontes crearon al ser humano al que dominan en todos los planos, tanto en el plano terrenal como en el plano espiritual e intelectual. Crearon un espeso manto magnético sobre la tierra para encerrar nuestras almas y nuestras conciencias. Se les identifica con los ángeles caídos, demonios o como dioses. Ellos son los creadores de la religiones que someten la conciencia del hombre, de las tradiciones, de la música, la moda y todo lo que hace que el hombre se convierta en un ser vulnerable a sus deseos.

Los Arcontes habitan es una dimensión diferente a la nuestra, pero interactúan con nosotros principalmente en busca de la energía del alma humana. Los Arcontes han sido confundidos en la antigüedad con dioses y prácticamente todas las culturas les han ofrecidos sacrificios humanos en algún momento de su historia. Son estos sacrificios los demandados por estos seres y a cambio prometen dar protección y poder a aquellas personas o grupos que se los proporcionen.

Los Arcontes aparecen en las tradiciones de muchos pueblos de la antigüedad,  desde la antigua Grecia, la antigua Roma o incluso los aztecas, que han tenido a estos seres como entidades superiores del más allá. Los Arcontes han sido venerados por muchas culturas que les han ofrecido sacrificios de animales y humanos. Son maestros del engaño, suelen aparecerse como ángeles de luz que vienen a ayudar a los hombres. Los arcontes nunca se muestran como son al ser humano, para no dar a conocer su verdadera naturaleza. Prometen todo el poder terrenal posible para aquellos que voluntariamente han decidido servir al mal para después quedarse en la nada.

En el mundo musulmán también se les ha denominado «genios» o «djinns», los sufíes tenían un gran conocimiento de estos seres a los que intentaban dominar. A través de distintas tradiciones y culturas el hombre ha creído poder dominar a estos seres de otra dimensión, dominar a los dominadores, una ilusión que sólo es propia de aquellos que no saben a qué seres se están enfrentando verdaderamente.

En la tradición occidental encontramos a los grimorios, libros usados por los ocultistas en donde se invocan a estos seres para pedirles favores a cambio de poder, con formulaciones mágicas e incluso llegan a describir determinados tipos de Arcontes a los cuales son mejores para pedirles determinados favores.

Según los gnósticos, gracias a sus ejercicios espirituales con los que intentaban alcanzar la gnósis, expandieron su conciencia conectando con los Arcontes mediante a estados alterados de conciencia, y así fue como descubrieron la existencia de estos gobernantes ocultos del mundo. Sin embargo, los Arcontes no pueden actuar físicamente en nuestra realidad, por lo que nos manipulan de forma indirecta.

Según los textos gnósticos, existe una raza interplanetaria conocida como los Arcontes que gobierna el mundo.

Algunos investigadores y esoteristas interpretan estos textos gnósticos como evidencias de que los Arcontes son entidades o seres inorgánicos de otras dimensiones que parasitan a los seres humanos, y que existen en nuestra realidad desde antes de la aparición de la humanidad. En los manuscritos encontrados en Nag Hammadi, se hizo un descubrimiento de un banco secreto de fuentes primarias relacionadas con esta fe influyente, donde estos textos antiguos contienen información crucial sobre el fenómeno OVNI.

Esto textos expresan que los Arcontes son una raza alienígena increíblemente poderosa que puede afectar a los seres humanos en masa con mensajes subliminales que pueden alterar la conciencia. Estos alienígenas son considerablemente más antiguos que la raza humana. De hecho, antes de la existencia del sistema solar en sí. Se dijo que estos alienígenas, habitaban este sistema solar pero no eran capaces de penetrar realmente en la Tierra. Sin embargo, a pesar de que no pueden manifestarse físicamente en este planeta, son capaces de tener un impacto en el comportamiento de los seres humanos. Según los gnósticos, fue este condicionamiento subliminal el que condujo a la creación de todas las principales ideologías en la Tierra incluyendo todas las doctrinas religiosas.

Investigadores del fenómeno ovni identifican a los arcontes como alienígenas o extraterrestres grises, otros afirman que estas mismas entidades no sin sino seres de otras dimensiones, o incluso demonios. Algunos los vinculan a con las sociedades secretas y criptogrupos que  dominan el mundo. Incluso hay autores, como David Icke, que vincula el tema de los Arcontes con los reptilianos.

De acuerdo con este conjunto de los Arcontes y sus servidores se le llama a veces la “Alianza de la Oscuridad” y está compuesta por:

Draconianos: estarían en la cúspide, y se les identifica con el Satanás cristiano por analogía y por su apariencia.

Reptilianos: humanoides con forma de reptil o lagarto, que pueden o no adoptar forma humana, según la versión, y que son servidores de los draconianos. Algunos los identifican con los Anunnakis de la mitología sumeria.

Insectoides: humanoides parecidos a insectos.

Los Grises: serían obreros y servidores de las tres razas anteriores y se dividirían en grises pequeño y grises grandes.

Ellos serían los responsables de que el ser humano esté continuamente creando conflictos y guerras y  serían los responsables de todas las emociones y actos negativos y aberrantes de la humanidad.

De acuerdo con estas teorías, encontramos toda una red de especulaciones, que serviría a los arcontes para manipularnos mediante: Los medios de comunicación, La cultura, Las adicciones, El egoísmo, Implantes insertados en el nacimiento o mediante abducciones, El entretenimiento, El sistema educativo, Las guerras, La reencarnación que nos haría olvidar nuestra verdadera naturaleza como almas inmortales al borrar la sabiduría de vidas pasadas y Las religiones.

Algunos investigadores afirman que los Arcontes se alimentan u obtienen placer de la energía mental que emana el ser humano cuando se encuentra en estados alterados de conciencia causados por emociones negativas como dolor, angustia o terror. De esta manera evitan que el ser humano evolucione espiritualmente para descubrir su propia naturaleza divina que le permitiría liberarse de las ataduras a lo material y del miedo, que son las principales limitaciones que le atan a este mundo ilusorio que sería la realidad material.

Esta tesis encajaría en parte con la teoría de la intrusión que afirma que los fenómenos paranormales y los sucesos Forteanos (Termino Utlizado para describir sucesos parnormales segun el investigador Charles Hoy Fort) son en realidad manifestaciones de seres de otras dimensiones que, bajo determinadas condiciones, irrumpen en nuestra realidad por tiempo limitado interactuando con nosotros de formas que no podemos comprender generando todos los hechos inexplicables.

La figura del Arconte ha sido reconocida en numerosas mitologías y civilizaciones como la celta y la azteca, y algunas han conseguido nombrar hasta 12 arcontes.

Arcontes de los doce eones con sus nombres:

"Y el primer arconte que está en el primer Eón, quien define los mundos de espacio tiempo de los dioses de destrucción. Tiene cara de cocodrilo. Este arconte es llamado con su nombre auténtico como "Enchtonin". De sus fauces sale todo el hielo, toda la podredumbre y todo el frío y diferentes enfermedades.

"Y el arconte que se encuentra en el segundo Eón, el poder caído de la luz en los mundos inferiores. Tiene una auténtica cara de gato y es llamado en su región como "Charachar " o Caracar.

"Y el arconte que se encuentra en el tercer Eón, tiene rasgos grotescos como cara de perro. Representa las formas de inteligencia inferiores en sus cuerpos emocionales. Este es llamado en su región como "Archaroch" O Arcaroc.

"Y el arconte que se encuentra en cuarto Eón, tiene una auténtica cara de serpiente. Esta figura serpentina ocupa un lugar principal en la Jerarquía caída que interfiere con la raza Adámica. Representa el mal uso del intelecto la limitación de luz autentica. Este es llamado en su región como "Achrocha" O Acrocar.

"Y el arconte que está en el quinto Eón, tiene una auténtica cara de toro negro que ilustra al hombre animalizado en el quinto calabozo o espacio experimental. Este es llamado en su región como "Marchur" O Marcur.

"Y el arconte que está en el sexto Eón, tiene una auténtica cara de jabalí o cerdo salvaje. Responde a los experimentos caídos e híbridos de los falsos dioses. Este es llamado en su región como "Lamchamor" o Lamcamor.

"Y el arconte que está en el Séptimo Eón, tiene una auténtica cara de oso. Domina la región local de la jerarquía caida y los poderes detrás de los reinos de luz caídos. Este es llamado en su región "Luchar" o Lucar.

"Y el arconte que se encuentra en el octavo Eón, tiene una auténtica cara de buitre. Él está situado para el reciclamiento de la vida, hasta el punto de traerla a su destrucción, también conocido como el destructor de la imagen. Es llamado en su región como "Laraoch" o Laraoc.

"Y el arconte que se encuentra en el noveno Eón, su auténtica cara es la de un basilisco. Poder mortal de la serpiente que hace víctimas de la ignorancia, credulidad e inocencia, representándose a sí mismo como un gobernante del verdadero reino de luz. Este es llamado en su región como "Archooch" o Arkjeoc.

"Y en el décimo Eón se encuentran una multitud de arcontes. Comandado por el dragón líder jerárquico caído que representa los ciclos continuos de la vida el ying/yang que no tiene otro fin excepto un sistema entrópico de muerte. Tiene siete cabezas de dragón como su auténtica cara. Él está por encima de todos y es conocido en su región como "Xarmaroch" o Xarmaroc.

Y el arconte que se encuentra en el undécimo Eón, tiene siete cabezas con rostro de gato, en oposición a la “imagen· de la raza adámica Este es llamado en su región "Rochar" o Rocar. 

"Y en el duodécimo Eón se encuentra el que tiene siete cabezas de perro alienígenas en su auténtica cara. Y es el mayor de todos, llamado en su región como "Chremaor" o Cremaor.

El Pistis Sophia (Evenagelio de Valentino) hace referencia a los 12 Arcones de los eones, cuándo Jesús les explica a sus su papel en este mundo:

34. Regocijaos, pues, y sentid gozo, puesto que os ha sido otorgado que os hable desde el principio hasta el fin de la verdad. Y os he elegido desde el principio por el primer misterio.

35. Regocijaos, porque, al descender en el mundo, conduzco desde el comienzo doce fuerzas, que he tomado de los doce salvadores del tesoro de la luz, según el mandato del primer misterio. Y las he arrojado en el seno de vuestras madres y con las que hoy están en nuestro cuerpo.

36. Y estas fuerzas me han sido otorgadas por encima de todo el mundo, porque vosotros debéis salvar al mundo entero, y para ello es preciso que podáis sufrir las amenazas de los señores del mundo, y los peligros del mundo, y sus penas, y sus persecuciones.

37. Os he dicho que la fuerza que está depositada en vosotros la he extraído de los doce salvadores que están en el tesoro de la luz. Y por eso os he dicho desde el principio que vosotros no sois de este mundo, ni yo tampoco lo soy.

38. Y los hombres que son del mundo han tomado las almas de los archones de los eones. Pero la fuerza que está en vosotros viene de mí y pertenece a las regiones superiores. Yo he conducido a los doce salvadores del tesoro de la luz, de los que he tomado una parte de mi fuerza.

Los textos gnósticos se centran principalmente en los Arcontes cuando se refieren a seres extraterrestres, pero también aclaran que eran conscientes de una amplia gama de otros seres extraterrestres y extra-dimensionales que existían en todo el universo. La mayoría de estos seres eran considerados bien benevolentes o totalmente indiferentes a la humanidad, pero los Arcontes eran considerados particularmente hostiles.

De acuerdo con estas referencias, algunos consideran a los Arcontes como seres celestiales enviados por una deidad para cuidar, vengar o juzgar las injusticas que se producen en nuestro plano material. Según esta teoría, la palabra Arconte, proviene del griego «archai», significa origen o comienzo. Y en la antigua Grecia se conocía como Arcontes a los habitantes destinados a convertirse en la autoridad suprema, fuese política o religiosa que dictaban las normas, las hacían cumplir e impartían castigos a los descarriados. Son eficaces y poderosos intermediarios. Son la conciencia y, en cierto modo, el ente físico que se encarga de llevar a cabo todo lo que el dios necesita ejecutar. No necesitan hablar, aunque lo hagan, y no necesitan luchar, aunque porten armas arcanas. Su mera presencia es una revelación que despeja la mente y el espíritu.

Un arconte procura no hacer nunca daño. Es raro que luche contra un enemigo y, si lo hace, usa su poder para neutralizar, no para dañar. Sin embargo, si su oponente es realmente malvado, puede provocar la temida ira del arconte. En ese momento el arconte se convierte en la venganza personificada y no dudará en usar todos sus recursos para atacar y castigar a la criatura.

Parte de este enorme poder es amplificado por el arma que portan. Suelen usar espadas, tridentes o lanzas rúnicas. Estas runas arcanas poseen la capacidad de ampliar los poderes sobrenaturales y celestiales del arconte hasta el punto en que pareciera que el mismo dios que envía al arconte se hubiese personado.

Los gnósticos tenían un gran énfasis en alterar su estado psicológico para alcanzar la totalidad y la conexión con todo el cosmos. Los textos antiguos sugieren que los adherentes a la religión usaron varios métodos para comunicarse con el universo incluyendo plantas psicoactivas, yoga y rituales sexuales. En comunión con el universo, los videntes gnósticos llegaron a desarrollar un sistema de creencias teológicas centrado en la diosa Sofía, el origen de la sabiduría divina. Además de eso, también creían que seres exóticos inorgánicos estaban presentes en el sistema solar y tenían un papel fundamental en la determinación del curso de la civilización humana.


Autor: Andres C Gonzalez Hernandez


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