El Sefer Yetzirá - Yetzirah - El Libro de la Creación
El Sefer Yetzirá - Yetzirah - El Libro de la Creación
El Sefer Yetzirá, “Yetzirah” en hebreo
“Libro de la Formación” o “Libro de la
Creación”, ספר יצירה es literalmente traducido como “Formación”, es el título del primer libro existente sobre
Esoterismo Judío.
También
llamado "Libro de Abraham",
a quien se atribuye sus enseñanzas transmitidas de modo oral, es junto con el Zohar, la principal obra del esoterismo
judío, la Kabbalah.
El
Sefer Yetzirah o “Libro de la Creación” es uno de los más viejos tratados
rabínicos de filosofía cabalística que han llegado hasta nosotros. Este manual
Sefer Yetzirahfilosófico trata del origen del universo y de la humanidad.
Es
importante precisar que en la lengua hebraica y en el contexto del Sefer
Yatzirah se asocian letras y números. Cada letra sugiere un número y cada grupo
de letras posee una significación numérica vital. Y se utiliza el anagrama (del
griego ανά, “hacia atrás” y γράμμα, “letra”)
o “inversión de letras”, que es una construcción basada en una figura
del lenguaje que invierte o cambia las letras de una palabra o un grupo de
palabras para darle otra dirección o una nueva palabra.
De
acuerdo con el Sepher Yetzirah, el espíritu humano está sujeto a la verdad y la
razón, y al mismo tiempo es capaz de tomar en cuenta la evolución de la
inteligencia por los números.
En
el Sefer Yetzirah el dios celeste (Elhoim) que establece el universo a través
de 32 senderos maravillosos. Y lo crea según tres medidas (Sepharim): el número
(Sephar), el texto (Sepher) y la comunicación (Sippur). Los 10 senderos están
representados por los 10 sefirot y las 22 letras del alfabeto hebreo.
Podemos
encontrar una introducción a la Cábala para iniciados en el estudio de las
letras hebreas y su significado. La versión resumida también incluye los
Nombres Divinos del Árbol Sefirótico (conjunto de esferas que explican los
atributos de Dios, así como los 32 senderos de sabiduría y las 22 letras del
alfabeto hebreo), correspondientes a cada Sefira.
El
Sepher Yetzirah, es el más antiguo texto Cabbalístico. Obscuro y enigmático es
su contenido. Un cuidadoso estudio lo revela como un texto meditativo. Obra
fundamental por excelencia de la simbología de la Kabbalah, manifiesta el
Kosmos con todos sus elementos.
Origen del Sefer Yetzirá
Una
historia secreta del Talmud babilónico dice que “En la víspera de cada Shabat,
los alumnos de Judah ha-Nasi Rab Hanina y Rab Hoshaiah, que se dedicaron
especialmente a la cosmogonía (estudio del origen del universo), solian
"crear" un cordero de leche según los principios del Séfer Ietzirá
para comérselo en el día de Shabat.
Una
enseñanza declara que el patriarca bíblico Abraham fue el destinatario de la
revelación divina de la tradición esotérica (el camino hacia el interior), de
modo que los rabinos de la época clásica y filósofos como Saadia, Donnolo y
Judá ha-Levi nunca dudaron de que Abraham fue el autor del libro. Akiba fue el
autor de transcribirlo a su formato actual aunque posteriormente se hicieron
otras versiones, siendo la más característica la escrita por Aryeh Kaplan.
Según
los historiadores modernos, el origen del texto es desconocido, y objeto de
acalorados debates. Algunos investigadores enfatizan su contexto entre los
diversos textos medievales cabalísticos que surgen tras el siglo X, mientras que
otros estudiosos hacen hincapié en las tradiciones anteriores. Algunas de las
ideas centrales del libro parecen tener un origen babilónico. Hay quien dice
que la idea de la potencia creativa de los diferentes sonidos es egipcia, y el
reparto de las cartas en las tres clases de vocales, mudos, y sonantes es
Helénica, sin embargo esta clasificación contrasta cuando se aplica a las
letras hebreas.
El
origen histórico del Sefer Yetzirah fue asignado por Reitzenstein en el siglo
II a.C. De acuerdo con Chritopher P. Benton, las formas gramaticales hebreas
tienen su origen más aproximado en el periodo de la Misnah alrededor del siglo
II d.C. Tradiciones judías también atribuyen su origen a Adán y que se
transmitió a Noé hasta llegar a Abraham.
En
un manuscrito disponible en el Museo Británico, el Sefer Yetzirah se llama
Yetzirah Hilkot, siendo declarado tradición esotérica, está disponible tan solo
a piadosos con el propósito de utilizarlo con fines cabalísticos.
Manuscritos del Sefer Yetzirah
El
Sefer Yetzirah tiene múltiples versiones, estas son:
La Versión Corta del Sefer Yetzirá o Yetzirah:
Consta de 1300 palabras aproximadamente.
La Versión Larga Sefer Yetzirá o Yetzirah:
Consta de aproximadamente del doble de palabras que la versión Corta. En el siglo
XIII d.C. Abraham Abulafia destacó la existencia de ambas.
La Versión Saadia Sefer Yetzirá o Yetzirah:
En el siglo X, Saadia Gaon reorganizó la Versión Larga en su comentario del
Sefer Yetzirah.
La Versión Gra Sefer Yetzirá o Yetzirah:
En el siglo XVI, el Ari (Isaac Luria) redactó el texto para armonizarlo con el
Zohar. En el siglo XVIII, el Gra (Eliyahu, el Gaon de Vilna) hizo esta
elaborada compilación.
La
primera compilación conocida la realizó Rabi Akiva en el siglo II, sin embargo
la de Aryeh Kaplan es la más completa y difundida actualmente, habiendo otras
muchas versiones de carácter anónimo, a parte de las mencionadas.
Influencia del Sefer Yetzirá o Yetzirah
El
Sefer Yetzirah o Yetzirah está orientado al tema cabalístico concerniente a la creación
del mundo por Dios, requiere un elevado conocimiento para su comprensión debido
a su estilo ocultista. La atribución de su autoría recae en el patriarca
bíblico Abraham. Se puede decir incluso que la influencia que ha generado este
libro en la mentalidad Hebrea es mayor que la de ningún otro hasta la
compilación del Talmud.
Estructura del Sefer Yetzirá o Yetzirah
El
Sefer Yetzirah describe cómo fue creado el mundo por el Dios de Israel, (ofrece
una lista con los nombres del Dios Hebreo en su primera página) a través de los
32 senderos de la sabiduría. Explica cómo se creó el mundo a través de su
palabra, para lo que hace una síntesis del significado de las letras del
alfabeto desvelando muchos misterios cabalísticos.
Los
32 Senderos de Sabiduría corresponden a los 10 números que en el lenguaje
cabalístico se traducen en 10 Esferas o Sefirot, y las 22 letras del alfabeto
Hebreo divididas en tres grupos, Madres, Dobles y Simples:
- Diez números (descritos a través de las 10 Sefirot).
- Las 22 letras del alfabeto Hebreo: Tres letras “Madres” (אמש).
- Siete letras “Dobles” (בגדכפרת).
- Doce letras “Simples” (הוזחטילנסעצק).
Un
resumen de su significado podría decirse como que las tres “Madres” se
corresponden con las tres letras que forman el nombre divino (yud, he, vav),
las siete “Dobles” con los siete días de la semana y las doce “Simples” con los
doce meses del año, así como las doce tribus de Israel.
A través
de las 22 letras y las 10 Sefirot pueden realizarse permutaciones. También se
ofrece otra definición de las letras según su significado en el plano
astrológico, con la representación de los cuatro elementos; fuego, aire, agua,
tierra, los siete planetas y las doce tribus según las constelaciones.
Al
final del libro se indica que todos estos secretos le fueron revelados a
Abraham como un pacto que Dios hizo con él.
Sistema Fonético del Sefer Yetzirá o Yetzirah
Lo
que los Judíos Gramaticales indican que para una articulación adecuada, las
letras se dividen en cinco grupos de sonidos, en contraste con esta opinión, el
Sefer Yetzirah informa que ningún sonido puede producirse sin la ayuda de la
lengua, siendo el resto de los órganos del habla meros ayudantes. Los cinco
grupos anteriores son:
- Con la punta de la lengua y la garganta.
- Entre los labios y la punta de la lengua.
- Con el centro de la lengua.
- Con la punta de la lengua.
- Con la lengua, aplanada y estirada, y con los dientes.
Las
letras son distinguidas por la intensidad del sonido necesario para
producirlas, así las dividimos en:
- Silenciosas: Que no son acompañadas de sonidos, como מ.
- Silbantes: Como la ש, que es también llamada “shin silbante”.
- Aspirantes: Como la א, que es la intermedia entre las silenciosas y las silbantes, es denominada como “alef ligera”, puesto que mantiene el equilibrio.
Excepto
estas tres letras llamadas “madres”, también podemos hacer distinciones entre
las siete “dobles” y las doce “simples”, que dan lugar al alfabeto entero.
Enseñanzas del Sefer Yetzirá o Yetzirah
El
macrocosmos (el universo) y el microcosmos (el hombre) son vistos por este
sistema como el producto de la combinación y permutación de estas letras
místicas.
Las
tres letras “madres” no solo representan las originales con las que se formó el
resto del alfabeto, sino que también simbolizan los tres elementos
primordiales, la substancia que mantiene toda la existencia, el soplo de vida
(aire o viento) א, el agua מ y el fuego ש.
De
acuerdo al Sefer Yetzirah, la primera emanación del espíritu de Dios fue el
Ruaj (“Espíritu”, “aire”, el “aliento de vida”), el cual produjo fuego. Este
fuego en su turno formó el génesis del agua. Estas tres sustancias son la
equivalencia a las tres “madres”, y son los elementos con los cuales se ha
formado el cosmos.
El
cosmos a su vez se puede dividir en tres partes, el mundo, el año y el hombre,
y se combinan de forma que los elementos primordiales puedan contenerse en
ellos. El Sefer Yetzirah lleva a cabo estas combinaciones de la siguiente
manera:
1 Mundo: El agua formó la
tierra; el cielo fue producido por el fuego; y el producto del cielo y la
tierra fue el aire, que mantiene el equilibrio.
2 Año: Encontramos el invierno y
el verano, y las estaciones intermedias que marcan el equilibrio.
3 Hombre: La cabeza
corresponde al fuego, el estómago y el resto de extremidades equivalen al agua,
y el pecho (aire) marca el equilibrio.
Las
siete “dobles” corresponden en el mundo a los siete planetas, en el año a los
siete días y en el hombre a las cavidades faciales (dos ojos, dos orejas, dos
orificios nasales y una boca). Las siete “dobles” varían su influencia, de la
misma manera que los siete planetas están en continuo movimiento, a veces más
cerca y otras más lejos de la tierra. Los siete días de la semana de la misma
manera, fueron creados por las siete “dobles” cambiando en el tiempo de acuerdo
a su relación con los planetas. Las siete aperturas del hombre lo conectan con
el mundo exterior. Que los órganos están en asociados a los planetas quiere
decir, por ejemplo, que el ojo derecho está bajo la influencia de Saturno, el
izquierdo bajo Júpiter, y así sucesivamente.
Las
doce letras “simples” crearon los doce signos del zodiaco en el mundo, los doce
meses en el año y los doce conductos en el hombre, macho y hembra. Estos son
los órganos que realizan una función en el cuerpo independientemente de lo que
suceda en el mundo exterior, son; dos manos, dos pies, dos riñones, bilis,
intestino, hígado, garganta, estómago y bazo, y funcionan de acuerdo a los doce
signos del Zodiaco.
En
esta relación en la construcción del cosmos, los elementos primordiales no
están químicamente conectados pero se modifican mutuamente de forma física. El
poder emana de los siete y los doce Cuerpos Divinos, o, en otras palabras, de
los planetas y de los signos del zodiaco. Las reglas del “Dragón” sobre el
mundo, las esferas sobre el tiempo y el corazón sobre el cuerpo humano.
El autor del Sefer Yetzirá o Yetzirah resume esta explicación en una frase: “El Dragón es como un rey en su trono, la esfera como el rey que viaja por su país, y el corazón como el rey de la guerra”.
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