Yahveh
Yahveh
Yahveh transcripción y pronunciación hebraísta; en hebreo antiguo יהוה (pronunciación desconocida); transliteración «YHVH» o «JHWH»; y su pronunciación conjetural; Yahweh, Yahvé, Yah y Yavé, así como la acepción Iehová, Jehowah o Jehová, es el nombre propio utilizado en las Biblias (en lengua española; y en muchas otras lenguas) para designar y diferenciar al Dios Supremo de las religiones Judeocristianas. En su forma hebrea es, en el Antiguo Testamento, el nombre que utiliza para referirse a sí mismo, siendo su significado presumiblemente una descripción de su propia naturaleza.
El
sentido de la forma: YHVH; ``El Tetragramaton´´; es decir, palabra
compuesta de cuatro letras del nombre Yahveh
ha sido interpretado de formas muy diversas; y hasta se discute su origen
cultural.
No
obstante esta deidad asociada también como Elohim,
siempre dijo que sería llamado Yahveh
y lo dijo ésto de dos maneras: primero de un modo indirecto: como por ejemplo haciendo
Él mismo aparecer 6.828 veces su grafía (YHVH)
en el antiguo testamento; y segundo de manera más explícita: como por ejemplo,
en el relato del libro del Génesis).
Aun
así, para el tiempo en que el pueblo judío fue exiliado de esclavo a Babilonia,
parece ser, que ya estaba prohibido pronunciar su nombre en público (excepto
por la clase sacerdotal en privado y los saludos que contenían este nombre), ya
que era sagrado; por lo que fue creada esta interpretación: Formada por las
cuatro consonantes hebreas: Y (iod), H
(hei), V (vav) y H (hei), que se la denomina también Tetragrámaton.
Aparentemente la combinación de esas cuatro letras o tetragrama (que además es una conjugación de un verbo en hebreo) permitía evadir el problema de cómo leerlo correctamente (para no confundirlo con su raíz verbal hayah o hawah).
La
mayoría de los eruditos hacen notar que este verbo hebreo (hayah) no designa
una mera existencia sino una presencia viva y activa, y que, por lo tanto, su
conjugación, es decir, el Tetragrámaton significa:
“Yo existiré por mí mismo” o “Yo soy el que existe por sí mismo”.
En
tal caso, la divinidad que hizo la promesa respecto a la descendencia de
Abraham es el Dios que es y que sigue siendo.
La
principal preocupación de este significado es entonces demostrar que existe una
continuidad en la actividad divina desde la época de los patriarcas hasta los
acontecimientos registrados en Éxodo 3 (La afirmación del versículo 17 no es
sino una reafirmación de la promesa hecha a Abraham).
El
propio nombre de Yahveh puede, pues, afirmar la continuación de la actividad de
Dios sobre los hombres en la lealtad a su promesa. De ahí parece ser que Jesús
transmitiera la siguiente idea:
´´Mi Padre sigue actuando (ergázetai) y yo sigo actuando (ergázomai)´´
Juan 5:17.
Podría
asegurarse que la perfecta congruencia de esa idea culmina en el último libro
de la Biblia:
´´Yo soy el que es y era y ha de venir´´
Apocalipsis 1:8.
Las
formas que las biblias de habla hispana emplean como nombre propio de Dios en
el Antiguo Testamento son las siguientes.
Jehová o Jehovah tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento:
La
Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras.
También
aparece el nombre propio de Dios en la forma abreviada IAH, YAH o JAH (español antiguo), especialmente en
los salmos. Dicho nombre propio de Dios se encuentra en el Antiguo Testamento
unas 6.000 veces.
Además
de este nombre propio, en las Escrituras se aplican distintos títulos y
atributos para Dios, entre los cuales están:
- Adón (Señor); Adonay (mi Señor)
- El
- Elyón
- Eloah
- Elohim ("dioses" o
"el único y verdadero Dios", dependiendo del contexto)
- También se le nombra con sus atributos:
- Yhwh-Tzva'ot (Yahweh de los
Ejércitos)
- Yhwh-Shalom (Yahweh es mi Paz)
- Yhwh-Nisí (Yahweh es mi
Estandarte)
Según
dice la propia biblia:
א “Yo soy יהוה YHVH tu Dios, quien los sacó de la tierra de Mitzrayim (Egipto), fuera de la casa de esclavitud"
Exodo 20:2
La
forma latinizada más popular para el Tetragrámaton
(YHVH) es Yahvé (o Iahveh, en latín)
y, durante la Edad Media, lo fue JeHoVá (o IeHoVa, en latín).
La
mayoría de los hebraístas -y algunos eruditos judíos-, han acordado en que la
pronunciación Yahveh es la que se utilizó en los inicios de la humanidad. No
obstante otros (algunas congregaciones y estudiosos) se oponen a dicha forma,
aludiendo que no se la ha naturalizado (o no es natural a los idiomas actuales
como el español, o por así decirlo que no se apega a la normas de
transliteración). Y, además, alegan (y apuntan al hecho aceptado hasta por los
mismos hebraístas y eruditos) que no se conoce a ciencia cierta la
pronunciación original, y que hasta desapareció (por exceso de reverencia,
supersticiones y tradiciones no bíblicas) entre los judíos (que ordenaban no
mencionar el nombre de Dios para según ellos evitar su empleo vano o profano).
Entonces concluyen que por siglos de desuso y aún por la peculiaridad del
idioma hebreo antiguo, en cuyo alfabeto no existían vocales escritas (hecho
confirmado por los mismos peritos hebraicos), hicieron que la pronunciación
exacta se perdiera.
Una
pista sobre la etimología de la frase latinizada Yahvé es la pronunciación de
la: forma abreviada del “Tetragramaton”,
cuya raíz hebrea es: IáH (יה : iud + hey). Se la considera la palabra más
antigua para alabar a este mismo Dios; expresión contenida en la conocida frase
en todos los idiomas: Aleluyah (Hallelu-YaH: “Alabad a Yah”).
Ahora
bien, sobre la forma latinizada “Jehová”, se sabe que ésta nació de una
concepción errónea, es decir: desde el siglo VII d. C., el equipo de Naqdanim o
punteadores (del texto Bíblico), empezaron a fijar las vocales escritas para el
hebreo (porque antes solo se las pronunciaba). Cuando lidiaron con el nombre de
Dios solamente le asignaron las vocales según el contexto de las palabras
usuales para Dios:
- Elohim (vocales: jataf segol = e (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y jiriq jaser = i)
- Adonay (vocales: jataf patáj = a (shvá' original por ser 'alef letra gutural); jolam jaser = o y qamatz = a)
- Ha-shem (vocales del arameo shemá'= Ha-shem “el nombre”): shvá' = e y qamatz = a. “Ha” es el artículo (el, la, los, las), y Shem ‘(re)nombre’.
Algunos
traductores usaron asimilaciones que no se ajustaban a la pronunciación
tradicional del pueblo hebreo Así, por ejemplo, si aparecen juntos adonay y
YHVH, a este último le corresponden las vocales de Elohim o por puro efecto
artístico, las vocales de Hashem; tomemos por ejemplo el texto hebreo de Is.
61:1
א רוּחַ אֲדֹנָי יְהוִה עָלָי יַעַן מָשַׁח יְהוָה אֹתִי
rúaj
'Adonay elohim (escrito YeHoWiH) 'alay, ya'an mashaj Hashem (escrito YeHVaH)
'otí... “el espíritu de 'Adonay 'Elohim está sobre mí, porque Hashem me
ungió”...
De
modo que el traductor español antiguo creyó ver en la secuencias letra-vocal
del Nombre Divino una real pronunciación, más aquello era sólo una convención
al momento de leer el Nombre. Como se puede ver, se concentró en la forma más
abundante, YeHoVaH, y de ahí pasó
como Jehovah, asunto lejano del original hebreo, pues es finalmente el
resultado de las consonantes del nombre YHVH, con las vocales del título “Mi
Señor”: Adonay.
Significado del nombre YHVH
Acerca
del significado del nombre, se trataría de una combinación de las formas de Pasado
(היה), Presente (הוה) y Futuro (יהיה) de la raíz del verbo ser, para indicar la eternidad de la
existencia divina. Apocalipsis 1:8
Asimismo
se trataría de la forma causativa del mismo verbo, significando ‘el que causa
el ser’. Muchos otros nombres en árabe y hebreo responden a esa forma, lo que
parece avalar esta hipótesis.
De
acuerdo con otros eruditos, se trataría de la forma acusativa, estado
imperfecto, del verbo hebreo hawáh (‘llegar a ser’, ‘existir’).
Entonces Yahweh significaría: ‘ÉL, que HACE EXISTIR’.
A
pesar de todo, algunos han llegado a conjeturar que el nombre de Dios: YaHVeH,
es una derivación del verbo hebreo “Yah” que se podría traducir en la parte
donde se revela a Moisés como: “Yo Seré que Yo Seré”, aunque aquí se plantean
dudas, pues Moisés le consultó en tiempo presente, y esta respuesta dejaría un
“vacío” en relación al tiempo. Es por ello que la traducción más aceptada es la
utilizada en la Versión de los LXX o Septuaginta: “Yo Soy el que Soy”, aunque se le puede reducir a YO SOY, como expresa la misma Torá.
En
base a otra obra de consulta muy popular, dice de su significado:
Yahveh (Yahweh) es uno de los
nombres hebreos arcaicos, tales como Jacob, José, Israel, etc. (cf. Ewald,
Lehrbuch der hebr. Sprache, 7.ª ed., 1863, p. 664), derivado del imperfecto de
tercera persona, de modo que atribuye a una persona o cosa la acción de la
cualidad expresada por el verbo después de la manera de un adjetivo verbal o un
participio.
Furst
ha coleccionado la mayoría de estos nombres y llama a la forma participialis
imperfectiva. Como el Nombre Divino
es una forma imperfecta del arcaico verbo hebreo «ser», Yahveh significa ‘el
que es’, aquel cuya nota característica consiste en ser, o simplemente ‘el
existente’. Aquí somos confrontados con la cuestión, si Yahveh es el hiphil
imperfecto o el qal imperfecto.
Calmet
y Le Clere creen que el Nombre Divino es una forma hiphil; por tanto significa,
de acuerdo a Schrader (Die Keilinschriften und das alte Testament, 2.ª ed., p.
25), ‘aquel que trae a la existencia, el Creador’, y de acuerdo a Lagarde
(Psalterium Hieronymi 153), ‘aquel que causa la llegada’, ‘aquel que cumple sus
promesas’, ‘el Dios de la providencia’
Las pronunciaciones JeHoVá y Yahveh
Normalmente
los hebraístas sugieren que la pronunciación más exacta del tetragrama sería
“Yahvé” (a veces se escribe una hache final para indicar que en hebreo existe
una ה ("he"), pero no se pronunciaría porque se trataría de una
'mater lectionis'; por este motivo se puede encontrar escrito también Yahveh).
En la Biblia se encuentra la palabra יָה (Yah) como abreviatura del nombre
sagrado (Salmo 89:8) y en la expresión הַלְּלוּ יָה (hallelû Yah; {¡Aleluya!})
(“¡Alabad a Yah!”) en los Salmos 104:35; 150:1,6. Otra abreviatura es Yáhu, que
se encuentra, por ejemplo, en los nombres de Isaías (Yesha'eyahu) y Jeremías
(Yirmeyáhu) ¿Cuál sería la última vocal? En Éxodo 3:14 Dios pone en relación su
nombre con el verbo ser, y, de hecho, el verbo ser en hebreo es היה (HYH),
aunque una forma más antigua sería הוה (HWH). Dada la semejanza con el nombre
divino, viendo todos los datos reunidos, la forma יהוה parece tratarse de un
Hifil imperfecto en tercera persona masculino singular (él hace que llegue a
ser); si es así, esta forma se debería pronunciar Yahwé.
Las
transliteraciones griegas del nombre divino que hicieron los escritores cristianos,
a saber, I.a.bé o I.a.ou.é, pueden indicar lo mismo. Sin embargo, no hay
unanimidad entre los eruditos en cuanto a la pronunciación exacta; otras
pronunciaciones posibles sería Yahuwa, Yahuah, Yahwuéh, JãHôH26 o Yehuah,.27 .
Una objeción a la pronunciación Yahvé es que también existe la forma abreviada
Yehóh (o, más abreviada todavía, Yoh), que se halla en la grafía hebrea de los
nombres Yehoshafat (trasliterado al español como Josafat), Yehú (trasliterado
al español como Jehú), Yehoshuá (trasliterado del hebreo al español como Josué
y del griego al español como Jesús).
En el tiempo en que se escribe la Biblia Hebrea esta lengua carecía de signos que representaran las vocales: sólo se escribían las consonantes. Las vocales se conocían por tradición. En los siglos VI y VII d.C. los masoretas inventan un sistema de puntos colocados sobre las consonantes o debajo de ellas para indicar qué vocal se debía pronunciar en cada sílaba. Hacía mucho tiempo no se pronunciaba ya el tetragrama יהוה (YHWH), sino que en su lugar se decía אֲדֹנַי ('Adonay, es decir, mis Señores); los traductores de la Biblia Hebra al griego, tres siglos antes de la era cristiana, ya reflejan esta práctica al traducir el tetragrama como "κύριος" (kýrios, Señor). Los masoretas, que con sus vocales quieren ayudar a leer correctamente el texto pero al mismo tiempo desean respetar el texto sagrado y sus consonantes, recurren a una práctica llamada el qeré-ketiv (que en arameo significa leído-escrito): sobre las consonantes (texto escrito) escriben las vocales de la palabra que se debe pronunciar (texto leído).
Así pues, sobre las consonantes YHWH escriben las
vocales de 'adonay. Se debe considerar que la primera "a" se trata de
una semivocal (el llamado jatef pataj) que cambia a shewa si no se encuentra
bajo una gutural (en 'adonay está bajo la gutural alef); por este motivo,
transliterado al alfabeto latino, lo que encontramos hoy en la Biblia Hebrea es
yehowah. Cuando el tetragrama aparece (raramente) después de la palabra 'adonay
(אֲדֹנַי יהוה, 'adonay YHWH, mi Señor YHWH), para no pronunciar "'adonay
'adonay", los masoretas usan las vocales de אֱלֹהִים ('elohîm, Dios). Por
eso a veces encontramos יְהֹוִה (yehowih): en este caso la expresión completa
se pronuncia 'adonay 'elohîm.
Esto
se desconocía cuando en el Renacimiento hay una vuelta a las fuentes y se
estudian de nuevo los textos originales hebreos. Entonces muchos autores
piensan que el nombre de Dios escrito en la Biblia Hebrea es Yehowah. En esa
época normalmente se escribía en latín y en latín la jota servía para
transliterar la yod, y la uve para transcribir la waw. Por este motivo se solía
escribir Jehovah lo que hoy en día transcribiríamos como Yehowah.
Recordemos
que recién a comienzos del s. XIX —a través de estudiosos como Champolión y
otros— pudo ser descifrado el significado de los jeroglíficos egipcios, por lo
que el conocimiento que hoy en día se ha alcanzado de los idiomas de la
antigüedad y que permite corregir viejos errores, en aquellos siglos no
existía.
En
los antiguos textos hebreos sólo se escribían las consonantes, es decir, las
vocales no figuraban. Cuando el lector llegaba a la palabra formada por el
tetragrama “YHVH”, y debido a una tradición judía no bíblica, no podía
pronunciar “Yahveh”, ni tampoco el híbrido “Yehowa”, porque el nombre de Dios,
según dicha tradición, era impronunciable. Sin embargo, para no ir contra esta
norma, cuando el lector llegaba a “YHVH” pronunciaba “Adonay” (mi Señor).
Con el tiempo, cuando se adoptó el uso de escribir las vocales, y ya que los lectores antiguos omitían leer el tetragrama YHWH, remplazando su pronunciación con la palabra “Adonay”, se combinaron las vocales de esta palabra (“a” débil, “o” y “a”) sobre las consonantes de “YHVH”, resultando una palabra híbrida, un nuevo escrito: “YeHoVaH” (hay que tener en cuenta que la “a” débil de “Adonay” no es soportable bajo la “yod” inical de “YHVH”, convirtiéndose en “e” débil). Por tanto, según esta hipótesis respaldada por ciertos biblistas, la palabra “Yehovah” sería el tetragrama “YHVH” con las vocales de “Adonay”.
El Tetragrámaton
Debido
a que se ha utilizado predominantemente de manera escrita, por su grafía se lo
denomina también tetragrámaton (del griego τετρα-γράμματον, tetra-grámmaton
‘cuatro letras’). En hebreo es usual también la expresión השם (haShem, ‘el
nombre’).
Uso del Tetragrámaton
Esta
forma de escritura apareció debido a que en algún momento surgió entre los
Sacerdotes la idea de que sería inapropiado revelar el Nombre Divino
(representado por el Tetragrámaton). No se sabe a ciencia cierta qué base hubo
originalmente para dejar de pronunciar el nombre. Pero se consideran varias
hipótesis, cada una con sus puntos a favor y en contra. Hay quien cree que esta
escritura surgió de la enseñanza de que el nombre era tan sagrado que no lo
debían pronunciar.
Sin
embargo, cualquiera que hubiese sido el propósito de tal creencia, lo cierto es
que éste dejó de pronunciarse a tal grado que hoy se desconoce por completo la
vocalización de esta escritura; esto, a su vez, fue una de las causas que han
originado las discusiones sobre las variaciones existentes en su pronunciación.
Tal
como no se sabe con seguridad la razón o razones originales por las que dejó de
usarse el nombre divino, de la misma manera hay mucha incertidumbre en cuanto a
cuándo se arraigó realmente esta costumbre.
Los
copistas judíos insertaron en el Tetragrámaton los puntos vocálicos de ’Adho·nái
o de ’Elo·hím, seguramente para advertir al lector de que pronunciara esas
palabras en lugar del nombre divino. Por supuesto, en las copias posteriores de
la Septuaginta griega de las Escrituras Hebreas, el Tetragrámaton se hallaba
completamente reemplazado por Ký·ri·os y The·ós.
Las
traducciones a otros idiomas, como la Vulgata Latina, siguieron el ejemplo de
las copias posteriores de la Septuaginta.
Por esta razón, la versión Scío San Miguel, basada en la Vulgata, no contiene el Nombre divino, aunque sí lo menciona en sus notas. Otro tanto ocurre con la versión Torres Amat (excepto en unas pocas ocasiones que sí aparece), mientras que La Biblia de las Américas emplea SEÑOR o DIOS para representar el Tetragrámaton en las Escrituras Hebreas cada vez que aparece, lo mismo se puede decir de La Nueva Versión Internacional.
Según
la Enciclopedia Católica, esta vocalización se generó al incluir en el
tetragrámaton las vocales de la forma samaritana de pronunciar el nombre, según
la obra de Theodoret.
Jehová
El
término Jehová se discute principalmente por tres motivos, su origen, si
corresponde a la pronunciación original, y si es correcto su uso en idiomas
como el español.
Para
muchos el término Jehová se considera una traducción, e incluso otros grupos
han postulado que no tendría relación con el nombre en hebreo. En cambio otros
lo han calificado como la forma más común y frecuente de traducción a idioma
español que usamos al traducir otros nombres del hebreo a idiomas como el
español, en el que se realiza el cambio de Y a J; y otros grupos incluso
indican que sería la pronunciación original.
Aun cuando de orígenes latinos, y, por ende, cercanos a la Iglesia católica romana, el nombre de Jehovah, en los tiempos modernos, se ha caracterizado por ser revindicado mayormente por denominaciones protestantes y paraprotestantes.
Algunos judíos actuales (tanto tradicionales como mesiánicos), seguidos por la Iglesia católica romana, la Iglesia ortodoxa, las iglesias siríacas y cópticas, y algunas iglesias protestantes (por ejemplo, algunas iglesias bautistas), se inclinan por las formas Yahweh, o bien, Yahveh.
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