La Francmasonería o Masonería

 

La Francmasonería o Masonería

Es una asociación universal autodenominada iniciática, filosófica, filantrópica y progresista que tiene como objetivo la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral, el mejoramiento de la humanidad y el reconocimiento y defensa de la existencia de Dios como ser supremo, a quien le dan el nombre de "El Gran Arquitecto del Universo".

Los Masones o Masónicos, tanto hombres como mujeres (masonas o masónicas), se organizan en estructuras de base denominadas Logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato". Han sido asociaciones de carácter secreto.

La palabra Francmasonería procede etimológicamente del francés francmaçonnerie, siendo franc, libre y maçon, albañil; es por ello, que en el pasado se le consideraba a la masonería una sociedad de albañiles libres organizados para lograr la eficacia profesional a través de secretos técnicos sobre procedimientos y manejos de instrumentos.

Actualmente, se conoce que la Masonería es algo mucho más complejo que ha evolucionado hacia el concepto de pensamiento filosófico. Se considera como una Sociedad Secreta de personas que profesan principios de fraternidad mutua, usan Emblemas y Signos Especiales, y se agrupan en entidades llamadas Logias.

La Masonería es ha caracterizado por ser un proceso de crecimiento psicológico que busca el "autoesclarecimiento" y la plenitud del hombre en cuanto a hombre; para ello, el método masónico no impone unidad ideológica a quienes lo practican; por el contrario, se proclama como principio básico la independencia absoluta de la razón humana frente a cualquier autoridad o enseñanza basada en la tolerancia de culto.

Desde la perspectiva filosófica, la francmasonería acepta y acoge todas aquellas teorías que no pretendan para sí la exclusividad de la verdad, es decir, es pluralista. En principio, en la masonería tienen cabida todas las corrientes filosóficas, siempre y cuando no sean dogmáticas.

En las Sociedades Masónicas se enseña a sus miembros la importancia del orden eterno y la igualdad dentro de la jerarquía; de allí surgen los grados de iniciación y la clasificación de "hermanos" por sus estudios o méritos, admitiendo todas las creencias pero rechazando todas las doctrinas que mancillan la identidad.

El origen de la masonería es muy cuestionado. Algunos lo remontan a la época antes de Cristo; hay otros que dicen que sus fundadores fueron el Rey Salomón (976-926 A.C.) junto con Hiram Abiff, el arquitecto constructor del templo de este monarca. Sin embargo, el inicio de la masonería como sociedad surgió en 1717 en Inglaterra como idea de los pastores James Anderson y el hugonote J.T. Desaguliers. En 1723, se publica "La Constitución de los free-masons", la cual recogió las influencias del enciclopedismo del siglo XVIII, y el racionalismo y liberalismo del siglo XIX.

Una de las leyendas más importantes de la Francmasonería atribuye a Hiram Abif, mítico arquitecto del Templo de Salomón en Jerusalén, la fundación de la orden masónica. Algunos textos retrotraen el origen de la masonería a épocas de aún mayor antigüedad, llegando a considerar como fundadores a distintas figuras bíblicas como Tubalcaín, Moisés, Noé o el mismísimo Adán. Más realistas, pero todavía en el ámbito de lo mítico o de lo pseudohistórico, diversos autores han atribuido este origen a los constructores de las pirámides en el antiguo Egipto, a los Collegia Fabrorum romanos, a la orden de los Templarios, la de los Rosacruces o a los humanistas del Renacimiento.

Es comúnmente aceptado que la Francmasonería moderna procede de los gremios de constructores medievales de castillos y catedrales, que evolucionaron hacia comunidades de tipo especulativo e intelectual, conservando parte de sus antiguos ritos y símbolos. Este proceso, que pudo iniciarse en distintos momentos y lugares, culminó a principios del siglo XVIII.

Los chupadores o albañiles medievales, denominados masones, disponían de lugares de reunión y cobijo, denominados logias, situados normalmente en las inmediaciones de las obras. Era común a los gremios profesionales de la época el dotarse de reglamentos y normas de conducta de régimen interior. Solían también seguir un modelo ritualizado para dar a sus miembros acceso a ciertos conocimientos o al ejercicio de determinadas funciones. Los masones destacaron especialmente en estos aspectos.

Los gremios de constructores, albañiles y arquitectos son mencionados en varios de los más antiguos códigos de leyes, incluido el de Hammurabi (1692 a. C.). Pero suele considerarse que el primer código regulador específicamente masónico fue el que el rey Athelstan de Inglaterra dio a estas corporaciones en el año 926, las denominadas Constituciones de York.

Este manuscrito se perdió en el siglo XV y fue reescrito de memoria por los que lo conocían. Por este motivo, la Carta o Estatutos de Bolonia, redactados en 1248, son el documento masónico original más antiguo que se conoce. Trata de aspectos jurídicos, administrativos y de usos y costumbres del gremio. Le siguen en antigüedad otros documentos, como el Poema Regius o manuscrito Halliwell (1390), el Manuscrito Cooke (1410), el Manuscrito de Estrasburgo (1459), los Estatutos de Ratisbona (1459), los de Schaw (1598), el Iñigo Jones (1607), los de Absolion (1668) y el Sloane (1700). Todos estos manuscritos se refieren a la masonería "operativa" o gremial, de la que especifican, sobre todo, las reglas del "oficio", y los historiadores suelen referirse a ellas en un sentido genérico como "constituciones góticas".

Respecto a los rituales masónicos, el primer documento de relevancia del que disponen los historiadores se refiere a una de estas organizaciones de la construcción que es particular de Francia, el Compagnonnage (Compañerismo), y data de 1655. Sin embargo, ya desde 1630 aparecen distintos documentos que aluden a los usos rituales de la masonería escocesa. El ritual masónico completo más antiguo que se conoce es el manuscrito denominado Archivos de Edimburgo, que data de 1696.

Con la evolución de la sociedad y las transformaciones económicas, la mayoría de las logias de la masonería operativa dejaron poco a poco de ejecutar obras materiales, transformándose en organizaciones fraternales, pero conservando, en parte, sus usos y costumbres tradicionales. La Francmasonería especulativa es el producto de esta transformación. Desde el siglo XVII, algunas logias de masones operativos comenzaron a recibir como miembros a personas ajenas al oficio, generalmente clientes, nobles o benefactores. El perfil de estos masones aceptados solía ser el de intelectuales humanistas, interesados por la antigüedad, el hermetismo, las ciencias experimentales nacientes, etc. Las logias de este tipo se convirtieron en un espacio de librepensamiento y especulación filosófica. Si se trata de una transformación radical o progresiva, es algo que los historiadores se cuestionan hoy en día. En cualquier caso, al menos en Escocia, el vínculo orgánico entre la antigua masonería y la nueva parece incontestable. Las logias «no operativas» se hacen cada vez más numerosas en Escocia, Inglaterra e Irlanda.

El 24 de junio de 1717, cuatro logias londinenses que llevaban el nombre de las tabernas en que realizaban sus encuentros (La Corona, El Ganso y la Parrilla, El Manzano y El Racimo y la Jarra), se reunieron para formar una agrupación común. Denominaron a la nueva organización Gran Logia de Londres y de Westminster, y su primer Gran Maestro fue Anthony Sayer. La creación de esta nueva institución supuso un salto significativo en la organización de la Masonería, que trascendió así del ámbito logial. Formada en parte por miembros de la Royal Society próximos a Isaac Newton, la nueva Gran Logia se dotó en 1723 de una Constitución redactada por dos pastores protestantes: Jean Theóphile Désagulliers y James Anderson, quien, como compilador, dio nombre a las que se conocen como Constituciones de Anderson. Más allá de las diferentes interpretaciones que se dan sobre el alcance de elementos concretos del texto de las Constituciones, la mayoría de los autores coinciden en destacar el espíritu de tolerancia y no sectarismo que anima el conjunto, destacando su deseo de presentar a la masonería como un "centro de unión" entre todos los hombres, cualesquiera que sean las razas, opiniones y creencias que los distingan.

El ritual practicado por la primera Gran Logia, aunque enriquecido y desarrollado, era perfectamente conforme a los usos escoceses "sobre todos los puntos de la Masonería", tal como lo atestigua el acta de la visita de Désaguliers a la logia Mary´s Chapel el 24 de agosto de 1721. Los rituales de esta primera Gran Logia se conocen por una obra publicada en 1730, La Masonería Diseccionada (Masonry Dissected), que los reveló al público, produciendo gran escándalo entre los hermanos.

Pese a que la creación de la Gran Logia de Londres generó reacciones contrarias por parte de algunos sectores de la masonería operativa inglesa, el nuevo modelo masónico se extendió rápidamente por Europa y América con la creación, en los años siguientes, de la Gran Logia de Irlanda en 1725, la primera Gran Logia de Francia entre 1726 y 1730, la Gran Logia Provincial de Pensylvania en 1731, la Gran Logia Provincial de Massachussets en 1733 y la Gran Logia de Escocia en 1736.

A principios del XIX, se produce una escisión en la masonería europea. Los franceses, en ese momento comandados por Napoleón Bonaparte, inician una ruptura con los masones ingleses desconociendo a partir de ese momento el culto al Dios de una religión, produciendo así una sociedad masónica carente de espíritu religioso, más intelectual y humanista. De esta manera, la masonería que llega a América Latina es la masonería francesa, más liberal y desligada a los ritos conservadores y religiosos de la inglesa.

Por lo que se conocen dos tipos de masonería: la regular u ortodoxa y la irregular o heterodoxa.

Gracias a esta división, la Iglesia Católica se ha pronunciado en contra de la masonería, declarando que ésta y la religión son opuestas entre sí. León XIII en la encíclica "Humanum Genus" señaló cómo las corrientes filosóficas de pensamiento y las doctrinas morales que dan vida a la masonería llevan a la negación de la existencia de Dios y a la negación misma de la moral.

La Masonería está basada en la razón como única vía para alcanzar la verdad y el conocimiento, en tanto en la doctrina cristiana la razón y la fe tienen un peso equitativo. Hay muchos hechos en los que el cristiano cree por ser dogmas de fe; el masón no podría creer en ellos porque no hay una razón que demuestre que éstas son verdaderas.

La regularidad es un concepto tan importante como debatido en el seno de la Francmasonería.

Con base en él, las Obediencias masónicas establecen acuerdos de mutuo reconocimiento y relación entre ellas. En general, se habla de Masonería regular para referirse a la que se atiene a una serie de reglas tradicionales. Sin embargo, existe discrepancia sobre cuáles de estas normas son las realmente importantes y cuáles no, lo que da lugar a la división de la Masonería mundial en dos corrientes principales, a las que se puede añadir un cierto número logias y de pequeñas obediencias no adscritas a ninguna de las dos.

Las condiciones aceptadas por las dos corrientes principales para reconocer la regularidad de una Obediencia masónica son:

  • Que posea una legitimidad de origen; esto es, que su constitución haya sido auspiciada por alguna otra organización masónica regular. En este sentido, suele considerarse que la regularidad inicial emana de la antigua Gran Logia de Londres y Westminster.
  • El respeto a los valores y principios capitales establecidos en los documentos fundacionales, en concreto las llamadas Constituciones de Anderson, publicadas en 1723.

Las dos corrientes discrepan en varios puntos importantes, que afectan incluso a sus respectivas denominaciones. Ambas corrientes suelen ser conocidas, respectivamente, como regular, una de ellas, y como liberal o adogmática, la otra. Sin embargo, los representantes de la segunda mantienen que su corriente es también plenamente regular, mientras que los de la primera argumentan que la suya es asimismo esencialmente liberal y adogmática. Es imposible establecer un criterio objetivo sobre este tema. Quizá, lo que se puede afirmar es que las diferentes corrientes masónicas no se consideran identificadas con términos como irregular o dogmática. Finalmente, las logias que no se adscriben a los criterios de ninguna de las dos principales corrientes suelen ser denominadas salvajes, si bien ellas prefieren referirse a sí mismas como bajo la bóveda celeste.

Las características de las dos principales corrientes son, en resumen, las siguientes:

La corriente que se denomina regular está encabezada por la Gran Logia Unida de Inglaterra y a ella se adscriben las principales obediencias, por lo que a número de miembros se refiere, de las Islas Británicas, Estados Unidos, los países de la Commonwealth, Iberoamérica y parte de Europa continental, incluida España. Basándose en su interpretación de la tradición masónica y, en particular, de las Constituciones de Anderson, las Obediencias y Logias de esta línea establecen los siguientes criterios de regularidad:

  • La creencia en Dios o en un Ser Supremo, que puede ser entendido como un principio no dogmático, como un requisito imprescindible a sus miembros.
  • Los juramentos deben realizarse sobre el llamado Volumen de la Ley Sagrada, generalmente la Biblia u otro libro considerado sagrado o símbolo de lo trascendente por el que realiza el juramento. La presencia de este Volumen de la Ley Sagrada, la Escuadra y el Compás son imprescindibles en la Logia.
  • No se reconoce la iniciación masónica femenina ni se acepta el contacto masónico con las Logias que admitan a mujeres entre sus miembros.
  • Están expresamente prohibidas las discusiones sobre política y religión, así como el posicionamiento institucional sobre estos aspectos.

La corriente que se denomina liberal o adogmática tiene su principal exponente mundial en el Gran Oriente de Francia. Es la principal corriente, por lo que a número de miembros se refiere, en Francia, África francófona y algunos países de Europa continental, y a ella se adscriben muchas obediencias en todo el mundo, en especial en Iberoamérica y Europa continental, incluyendo, en particular, a las Obediencias femeninas y mixtas. No se basa en un estándar de regularidad establecido, sino que mantiene como referente el reconocimiento compartido de unos valores, modelos rituales y organizativos que, por tradición, se consideran esencialmente masónicos. Por este motivo, presenta una mayor variedad de formas concretas de organización, cuyas principales características, que no tienen que darse simultáneamente, son:

  • El principio de libertad absoluta de conciencia. Admite entre sus miembros tanto a creyentes como a ateos y los juramentos pueden realizarse, según las Logias, sobre el Libro de la Ley (las Constituciones de la Orden) o sobre el Volumen de la Ley Sagrada, en ambos casos junto a la Escuadra y el Compás.
  • El reconocimiento del carácter regular de la iniciación femenina. Las Obediencias pueden ser masculinas, mixtas o femeninas.
  • El debate de las ideas y la participación social. Las logias debaten libremente incluso sobre cuestiones relacionadas con la religión o la política, llegando, en determinadas ocasiones, a posicionarse institucionalmente sobre cuestiones relacionadas con esos aspectos.

La Masonería también se ha extendido en África y Asia-Pacífico habiendo logias masónicas en Japón, India, Israel, Egipto, Turquía, Taiwán, Sudáfrica, Irán (en el exilio desde la revolución islámica), etc.

La Masonería moderna o ha sido descrita a menudo como un sistema particular de moral ilustrada por símbolos. Se presenta a sí misma como una herramienta de formación, con un método particular que, basado en el simbolismo de la construcción, permite a sus miembros desarrollar su capacidad de escucha, de reflexión y de diálogo, para transmitir estos valores a su entorno.

La masonería ha creado sus propias doctrinas, templos, altares, oraciones, vestimentas, rituales, jerarquías y códigos morales. Los masones se agrupan en logias presididas por un maestro. Las federaciones de logias, generalmente nacionales, están agrupadas en lo que se conoce como una Obediciencia o Gran Logia y son dirigidas por el Gran Maestro. A los lugares de reunión se les llama templos o santuarios y al delantal que utilizan en sus reuniones es el símbolo del trabajo y de la jerarquía tradicional de aprendices, compañeros y maestros. Cuenta con una extensa jerarquía dividida por 33 grados.

 

El Gran Arquitecto del Universo

Expresado habitualmente con el acrónimo G.·.A.·.D.·.U.·. es un símbolo tradicional en masonería cuyo contenido, interpretación y relevancia varían según la corriente masónica de que se trate.

Para la corriente regular, el GADU representa al Ser Supremo, el ser Creador del Cosmos, un principio masónico cuya creencia e invocación en la práctica del rito son imprescindibles, pues la masonería se basa en dedicar sus trabajos a Dios representado por este medio.

Para la corriente adogmática, establecer la condición de la creencia en un Ser Supremo supone limitar la libertad de conciencia de sus miembros, por lo que ni la creencia en el GADU ni su invocación son preceptivas.

Los masones, como individuos, son en todo caso libres de darle el contenido que mejor se ajuste a sus creencias. Como todos los símbolos, proporciona un marco, pero su interpretación concreta corresponde a cada cual.

Muchos francmasones consideran que el símbolo GADU es igual al Dios creador que determina a su voluntad los planes de la existencia. Para otros muchos simboliza la idea de un Principio Creador que está en el origen del Universo, cuya naturaleza es indefinible. Hay por último masones que, prescindiendo de cualquier enfoque trascendente, identifican al GADU con la sublimación del ideal masónico o que lo interpretan desde una perspectiva panteísta o naturalista.

La Masonería tiene tres únicos Principios

Libertad, Igualdad y Fraternidad 

La forma concreta de entender y aplicar esos principios no está marcada, y cada masón debe buscarla y realizarla personalmente. Esta exigencia no es puesta en práctica mediante un examen o confesión de un masón a otros, sino que se lleva adelante en la conciencia de cada uno.

Existen tres condiciones distintivas del Masón y que son virtudes muy parecidas: Unión, Lealtad, Sinceridad.

Unión: Sólo formando un todo con tus hermanos y hermanas es que tu Logia será fuerte y respetada. Acata las decisiones de la mayoría y las de tus DD:. OO:., y procura cumplir todas las iniciativas de tus hermanos y hermanas ayudándolos en las obras que emprendan, recordando que solamente la unión trae consigo la armonía y el éxito en el taller.

Lealtad: Esta es una de las más importantes virtudes masónicas, y en ella están comprendidas la honradez, la fidelidad, la justicia, el amor fraternal y la bondad. La lealtad es un gran elemento de fuerza en una Logia Masónica. El hermano o hermana que ajusta su conducta a las enseñanzas recibidas en ella, apoyando a su Ven:. Maest:. y a las DD:. y OO:., y respeta los derechos ajenos y los principios de la Masonería, es leal a su Logia y por ende a sí mismo.

Sinceridad: Si no puedes ser enteramente sincero con tus hermanos o hermanas, es preferible que te retires. Cuando estreches la mano de un hermano o hermana, ese apretón es prenda de tu sinceridad. Ni él o ella te puede fallar ni tu le puedes fallar. Tienen obligaciones mutuas y deben hacerse las mismas concesiones y tenerse el mismo respeto.

Esa sinceridad debe extenderse a los principios morales que profesas y tu prosperidad no hará más que reforzarlos y la adversidad no podrá quebrantarlos.

Sólo entonces podrás decir que eres sincero contigo mismo.Las tres Grandes Verdades: Establecidas hace muchos milenios en la antigua India y en el antiguo Egipto, son todavía verdades del presente y lo serán del futuro:

1.- El alma del hombre es inmortal y su porvenir es el destino de algo cuyo crecimiento y esplendor no tiene límites.

2.- El principio que da la vida mora en nosotros, es imperecedero y eternamente benéfico. No se le ve ni se le oye, ni se le huele, pero lo percibe el hombre anheloso de percibir.

3.- Cada hombre es su propio y absoluto legislador, el otorgador de su gloria o de sus tinieblas, el determinador de su vida, el que decreta su propio galardón o castigo.

Estas verdades, tan grandes como la vida misma, son tan sencillas como la más sencilla de las mentes humanas.

Mandamientos de la Francmasonería:

1.- Sé justo, porque la equidad es el sostén del género humano.

2.- Sé bueno, porque la bondad encadena todos los corazones.

3.- Sé indulgente, porque eres débil.

4.- Sé agradecido, porque el reconocimiento alimenta y sostiene la bondad.

5.- Sé modesto, porque el orgullo hace odiar a los seres pagados de si mismos.

6.- Haz bien al que te ultraje, a fin de mostrarte más grande que él y convertirlo en un amigo.

7.- Perdona las injurias, porque la venganza eterniza los odios.

8.- Sé continente, temperante y casto, porque la voluptuosidad, la intemperancia y los excesos destruyen tu ser y te hacen despreciable.

9.- Defiende tu país, porque en él te sientes dichoso y porque encierra todos los lazos y todos los seres queridos a tu corazón; pero no olvides nunca que la humanidad tiene sus derechos.

10.- No permitas jamás que tu Patria, que es la madre común a ti ya tus conciudadanos, sea injustamente oprimida, porque entonces vivir en ella será una tortura. Si té niega el bienestar, si permite que te opriman, aléjate en silencio; no la difames jamás; soporta resignado la adversidad.

Mandamientos de los Sabios:

1.- Dios, todopoderoso, es la sabiduría eterna e inmutable; es la inteligencia suprema.

2.- Te honrarás con la práctica de las virtudes. Tu religión será la de hacer el bien sólo por el placer de hacerlo y no por deber. Serás amigo del sabio y observarás sus preceptos. Tu alma es inmortal; no harás nada que pueda desagradarla. Combatirás el vicio sin descanso.

3.- No hagas a otros lo que no quieras que ellos hicieran contigo. Conténtate con tu suerte y conservarás la sabiduría.

4.- Honra a tus padres. Respeta a los ancianos. Ilustra a la juventud. Protege a la infancia.

5.- Ama a tu esposa o esposo y a tus hijos. Ama a tu Patria y respeta sus leyes.

6.- Considera a tu amigo como si fuera otra hechura de ti mismo. Que el infortunio no te aleje de él. Haz por su memoria lo que harías por él si viviera.

7.- Huye de las falsas amistades; evita todo exceso.

8.- No te dejes dominar por pasión alguna. Se indulgente con el error.

9.- Escucha siempre, habla poco, obra bien.

10.- Olvida las injurias. Devuelve bien por mal. No abuses de tu fuerza ni de tu superioridad.

11.- Aprende a conocer a los hombres para aprender a conocerte a ti mismo.

12.- Busca la verdad. Se justo, Huye de la ociosidad.

Código Moral Masónico

Venera al Gran Arquitecto del Universo.

El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto consiste principalmente en las buenas obras.

Ten siempre tu alma en un estado puro, para aparecer dignamente delante de tu conciencia.

Ama a tu prójimo como a ti mismo.

No hagas mal para esperar bien.

Haz bien por amor al mismo bien.

Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malos, pero no odies a nadie.

No lisonjees exageradamente a tu hermano pero reconoce sus aciertos. Acepta su reconocimiento con modestia, como un aliciente.

Escucha siempre la voz de tu conciencia.

Sé el padre de los pobres; cada suspiro que tu dureza les arranque son otras tantas maldiciones que caerán sobre tu cabeza.

Practica la caridad.

Respeta al viajero nacional o extranjero; ayúdale: su persona es sagrada para ti.

Evita las querellas, prevé los insultos, deja que la razón sea tu guía.

Parte con el hambriento tu pan y a los pobres peregrinos mételos en tu casa. Cuando vieses al desnudo, cúbrelo y no desprecies tu carne en la suya.

No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio.

Detesta la avaricia, pero administra tus bienes materiales con cuidado, para que a tu vejez sustenten tus necesidades, protejan a tu familia y beneficien a tus Hermanos en desgracia. Quien amasa riquezas ninguna fruta sacara de ellas y esto también es vanidad.

Huye de los impíos, porque su casa será arrasada: mas las tiendas de los justos florecerán.

Sigue la senda del honor y de la justicia. En la senda del honor y de la justicia está la vida; mas el camino extraviado conduce a la muerte.

El corazón de los sabios está donde se practica la virtud y el corazón de los necios donde se festeja la vanidad.

Respeta a las mujeres, no abuses jamás de su debilidad y mucho menos pienses en difamarlas.

Si tienes un hijo, regocíjate; pero sé consciente del depósito que se te confía. Haz que hasta los diez años te obedezca, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años se su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo. Piensa en darle buenos principios antes que buenas maneras; incúlcale rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz un hombre honesto antes que un hombre hábil.

Si te avergüenzas de tu destino, tienes orgullo; piensa que aquel ni te honra ni te degrada; el modo con que cumplas te hará uno u otro.

Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja, ocúpate siempre en el bien de tus hermanos y trabajarás para ti mismo.

Conténtate de todo, por todo y con todo lo que no puedas mejorar con tu esfuerzo. Pero cuando te sientas capaz de hacerlo, pon todas tus facultades en la tarea.

No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no reproches ni menos alabes; antes procura sondear bien los corazones para apreciar sus obras.

Se entre los profanos libre sin licencia, grande sin orgullo, humilde sin bajezas; y entre los hermanos, firme sin ser tenaz, severo sin ser inflexible y sumiso sin ser servil.

Habla moderadamente con los grandes, prudentemente con tus iguales, sinceramente con amigos, dulcemente con los niños y eternamente con los pobres.

Justo y valeroso defenderás al oprimido, protegerás al inocente, sin reparar en los servicios que prestares.

Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más que al mérito personal, sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna. 


Críticas a la francmasonería: Desde su surgimiento la masonería ha sido considerada por no pocas personalidades e instituciones como una asociación peligrosa por su carácter secreto. Muchos la ven como "una sociedad secreta de corte esotérico y ocultista que procura destruir la civilización cristiana y la Iglesia católica". El historiador republicano Claudio Sánchez Albornoz dice que la expulsión de los jesuitas de España por obra del gobierno de Azaña "consiguió evitar la disolución de las órdenes religiosas, entregando solo a los jesuitas al paladeo de los masones". Y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid publicó una tesis doctoral, basada en documentos del archivo de Simancas, donde se transcriben artículos que las Logias masónicas de España enviaban a los periódicos durante los años de la Segunda República Española (1931-1939) donde calumniaban a la Iglesia católica e incitaban a la quema de conventos y matanza de sacerdotes y monjas.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La Civilización de Lyra

Razas Extraterrestres - Arcturus - Arcturianos

Contactados - Caso de Billy Meier