Los Illuminati - Orden de los Iluminados de Baviera


 


Los Illuminati

Illuminati es el nombre por el que se conoce mayormente la Orden de los Perfectibilistas o Iluminados de Baviera. En latín, illuminati (pronunciado il luminati) significa ‘iluminados’; su singular es illuminatus

La Orden de los Iluminados de Baviera fue fundada en la noche del 30 de abril al 1 de mayo de 1776 (víspera de la famosa noche de Walpurgis), en un bosque cerca de Ingolstadt (Baviera), al sur de Alemania, donde un pequeño grupo de jovenes establecieron y juraron cumplir los propósitos de la sociedad. Entre las personas que se encontraban esa noche solo se sabe la identidad de tres: Adam Weishaupt, Max Merz y Anton von Massenhausen. El hecho de que no se sepa quiénes estuvieron presentes esa noche ha sido el causante de especulaciones con respecto al número de personas que crearon la orden, algunas dicen que fueron solo cuatro y otros argumentan que trece.

Tras la fundación, Adam Weishaupt (quien se proclamó a sí mismo con el nombre simbólico de Spartacus) atrajo a sus primeros adeptos; un estudiante de Múnich llamado Franz Xavier von Zwack y un barón protestante de Hannover llamado Adolph von Knigge (Frater Philón), quien ya estaba iniciado en la masonería y que posteriormente desarrolló el Rito de Los Iluminados de Baviera, junto a Weishaupt a quien introdujo dentro de la logia de Munich: Teodoro del Buen Consejo.

Gracias a las habilidades de Von Knigge, los Illuminati rápidamente se extendieron por Alemania, Austria, Hungría, Suiza, Francia, Italia y otros puntos de Europa, afiliando a personalidades de la talla de Herder (Damasus), Goethe (Abaris), Cagliostro, el Conde de Mirabeau (Leónidas) y el legendario alquimista Conde de Saint Germain, entre otros. Algunos nobles como los duques de Saxe-Weimar y el de Saxe-Gotha, los príncipes Ferdinando de Brunswick y Karl de Hesse, el conde de Stolberg y el barón de Karl Theodor von Dalberg, también figuraron dentro de la iniciación iluminada.

Animado por su éxito al lograr reclutar un gran número de pensadores, filósofos, artistas, políticos, banqueros, analistas, etc, Adam Weishaupt tomó la determinación de afiliarse a la masonería por medio de Von Knigge, y ordenó la infiltración y el dominio de la misma.

El 16 de julio de 1782, en una reunión de la masonería continental que tuvo lugar en el convento de Wilhelmsbad, los Illuminati intentaron unificar y controlar bajo su autoridad todas las ramas de la masonería. Aunque ya habían logrado infiltrarse en las logias de toda Europa, la Gran Logia de Inglaterra, el Gran Oriente de Francia y los iluminados teósofos de Swedenborg decidieron no apoyar los planes de Weishaupt, momento en que se percataron de las intenciones de este grupo y el conflicto entre sus principios y los de la Masonería, por lo que en ese momento se decidió por parte de la Institución Masónica mantener una oposición directa contra los Illuminati.

Debido al fracaso de este movimiento, Von Knigge renunció pensando que ya no tenía sentido seguir con los planes y se retiró a Bremen donde pasó sus últimos años. Mientras tanto Weishaupt recibía las ofensivas de los masones de Inglaterra y de los martinistas a quienes denunció en sus escritos, argumentando que La Gran Logia de Londres se creó a sí misma en 1717 por clérigos protestantes que no estaban iniciados en la masonería, es decir, que fue fundada por profanos sin constancias ni documentos válidos.

El 22 de junio de 1784, el príncipe elector de Baviera, duque Karl Theodor advirtió el peligro que suponían los Illuminati para la Iglesia católica y las monarquías debido a sus objetivos ideologicos, y aprobó un edicto contra éstos, la masonería, y en general cualquier sociedad no autorizada por la ley (Englobando a las dos instituciones como si tuvisen una naturaleza común, a pesar del importante conflicto que ya existía en ese momento entre los Iluminati y los Masones). Weishaupt fue destituido de su cátedra marchando al exilio de Ratisbona para dirigir la Orden desde el extranjero bajo la protección del duque de Saxe. En 1785, el edicto se confirmó y así se dio comienzo a las persecuciones y arrestos de los miembros de la sociedad.

Los planes más secretos de los Illuminati fueron revelados por casualidad la noche del 10 de julio de 1784, cuando un mensajero de Weishaupt identificado como el abad Lanz, murió inesperadamente a causa de un rayo. Su cadáver fue llevado a la capilla de San Emmeran por habitantes de la zona y ahí entre sus hábitos se encontraron los importantes documentos que trataban sobre los planes secretos de la conquista mundial. La policía de Baviera indagó los detalles de la conspiración, dando a conocer al emperador Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, el complot tramado contra todas las monarquías, en especial la de Francia, en donde más tarde, en 1789, se gestaría la llamada Revolución francesa y la caída de Luis XVI y María Antonieta, sus últimos monarcas.

Los documentos fueron publicados por el gobierno bávaro, alertando así a la nobleza y el clero de Europa, sin embargo, poco después se convencieron de que la conspiración había sido destruida debido a la disolución oficial de los Illuminati, junto con el destierro de Weishaupt y la detención de numerosos adeptos.

Historia de Los Illuminati

Weishaupt nació en Ingolstadt (Bavaria) de padres oriundos de Westfalia, el 6 de febrero de 1748, y perdió a su padre en 1753. Aunque fue educado en una escuela Jesuita, cayó tempranamente bajo la influencia de su librepensador abuelo, director de la escuela secundaria de Ickstatt, a quien debió su designación como profesor de derecho civil en la Universidad de Ingolstadt en 1772. Fue el primer laico que ocupó la silla de derecho canónico en esta universidad (1773), pero, como consecuencia de la creciente influencia racionalista que ejerció sobre los estudiantes, tanto en su capacitación académica cuanto en su relación personal con ellos, entró en una siempre aguda colisión con los leales adherentes a la Iglesia y con aquellos que eran influyentes en círculos gubernamentales. Como, además, su naturaleza obstinada lo llevó a reñir con casi todos aquellos con quienes mantuvo una relación más o menos prolongada, sintió la necesidad de una organización secreta poderosa que lo respaldara en el conflicto con sus adversarios y en la ejecución de su esquemas racionalistas en sus actividades eclesiásticas y políticas. Al principio (1774) apuntó a un arreglo con los Masones Libres

Sin embargo, un conocimiento más cercano destruyó su alta estima por esta organización y resolvió fundar una nueva sociedad que, rodeada por el mayor secreto posible, le permitiera realizar mas efectivamente sus propósitos y pudiera ser siempre precisamente adaptada a las necesidades de los tiempos y de las condiciones locales.

Su orden se basaría enteramente en la naturaleza humana y la observación, por lo tanto sus grados, ceremonias y estatutos se desarrollarían sólo gradualmente; luego, a la luz de la experiencia y un conocimiento más amplio, y con la cooperación de todos los miembros, serían constantemente mejorados. Para su prototipo confió principalmente en la Masonería Libre, de acuerdo con la cual modeló los grados y el ceremonial de su orden. Construyó la organización estrictamente jerárquica de su sociedad siguiendo el patrón de la Sociedad de Jesús, aunque distorsionando hasta la caricatura sus características esenciales. “Utilizar para buenos propósitos todos los medios que esa orden empleó con fines malignos”, este fue, de acuerdo con Philo (Endl. Erkl., 60 sq.), “su designio favorito”. Para el cumplimiento de sus planes, consideró como esencial el “despotismo de los superiores” y la “ciega, incondicional obediencia de los subordinados”, junto con el máximo secreto y misterio.

A comienzos de 1777 entró en una Logia Masónica e intentó, con otros miembros de la orden, poner a la Masonería Libre tan servil a sus propósitos como fuera posible. Sin embargo, como pese a toda su actividad como agitador y su sagacidad teórica, Weishaupt era en el fondo sólo un impráctico gusano de biblioteca, sin la necesaria experiencia mundana, su orden por largo tiempo no hizo progresos. La adhesión a la misma, en 1780, del agente Masónico Freiherr von Knigge (Philo), un hombre de amplia experiencia y bien conocido en todos los círculos Masónicos, le dio un giro decisivo a las cosas. Junto con Weishaupt, quien, como filósofo y jurista, desarrolló las ideas y principales lineamientos de la constitución, Knigge comenzó rápidamente a elaborar los necesarios grados y estatutos (hasta 1780 el grado de Minerva fue el único en uso), y al mismo tiempo trabajó vigorosamente para extender la orden, por lo cual en dos años él consiguió 500 miembros. Cuando se llevó a cabo la gran convención internacional de la Masonería Libre en Wilhelmsbad (16 Julio al 29 Agosto de 1782) la “Masonería Libre Iluminada”, a la cual Knigge y Weishaupt proclamaron en ese momento como la única Masonería Libre “pura”, ya había ganado tal reputación que casi todos los miembros de la convención clamaron por su admisión en la nueva institución. Fue particularmente valiosa para la orden la adhesión de Bode (Amelius), depositario del mayor respeto en todos los círculos Masónicos. Asistido por Bode, Knigge trabajó diligentemente para convertir todo el cuerpo Masónico en “Masones Libres Iluminados”. Numerosos representantes de la Masonería Libre y de la “ilustración” de la mayor prominencia se hicieron Illumninati, incluido, en 1763, el Duque Fernando de Brunswick, el principal líder de la Masonería Libre Europea y el principal representante del iluminismo de su época. Otros miembros famosos fueron Goethe, Herder, y Nicolai. La orden fue también propagada en Suecia, Rusia, Polonia, Dinamarca, Hungría, Austria, y Francia. Pero en 1783 se produjo un disenso entre Knigge y Weshaupt, que derivó finalmente en el retiro del primero el 1 de Julio de 1784. Knigge no pudo soportar más la pedante tiranía de Weishaupt, la que frecuentemente asumía formas ofensivas. Acusó a Weishaupt de “Jesuitismo” y sospechó que el era “un Jesuita encubierto” (Nachtr., I, 129). "¿Y sería yo quien”, agrega, “trabajara bajo sus banderas para la humanidad, condujera hombres a ponerse bajo el yugo de tan pedante tipo?—Nunca!”

Mas aún, en 1783 las tendencias anarquistas de la orden provocaron denuncias públicas que llevaron a interferencias por parte del Gobierno Bávaro en 1784. Como la actividad de los Illuminati aún continuó, fueron emitidas cuatro proclamas sucesivas contra ellos (22 de Junio de 1784; 2 de Marzo y 16 Agosto de 1785; y 16 de Agosto de 1787), en la última de las cuales fue prohibido el reclutamiento para la orden bajo pena de muerte. Estas medidas pusieron fin a la existencia corporativa de la orden en Bavaria, y, como resultado de la publicación, en 1786, de su grados y de otros documentos que le concernían –en su mayor parte de una naturaleza bastante comprometedora – su posterior extensión fuera de Bavaria se tornó imposible. La propagación del espíritu de los Illuminati, que coincidía sustancialmente con las enseñanzas generales de la “ilustración”, especialmente de la de Francia, fue más bien acelerada que retardada por la persecución en Bavaria. En dos cartas dirigidas al Obispo de Freising (18 de Junio y 12 de Noviembre de 1785), Pío VI había también condenado a la orden. Pronto, el 16 de Febrero de 1785, Weishaupt había huido de Ingolstadt, y en 1787 se estableció en Gotha. Sus numerosos escritos apologéticos fracasaron en exonerar tanto a la orden como a si mismo. Siendo ahora cabeza de una numerosa familia, sus puntos de vista en materia religiosa y política se hicieron más sobrios. Después de 1787 renunció a toda conexión activa con sociedades secretas, y nuevamente se acercó a la Iglesia, desplegando un celo destacable en la construcción de la iglesia Católica en Gotha y murió el 18 de Noviembre de 1830, “reconciliado con la Iglesia Católica, a la cual, como joven profesor, había condenado a la muerte y destrucción” – tal como relata la crónica de la parroquia de Gotha.

Objetivos y Organización de Los Illuminati

Los documentos que se citan en la primera y segunda sección de trabajos en la bibliografía son fidedignos y exhiben los objetivos y métodos de la orden. Las modificaciones posteriores del sistema, anunciadas por Weishaupt en sus escritos de después de 1785, son irrelevantes, ya que la orden se había propagado ampliamente antes de que estas modificaciones fueran publicadas. Los documentos arriba mencionados revelan como el real objetivo de los Illuminati la elaboración y propagación de una nueva religión popular y, en el campo político, el establecimiento gradual de una república democrática universal. En esta sociedad del futuro, todo, de acuerdo con Weishaupt, sería regulado por la razón. Por hombres de la “ilustración” serían liberados de sus tontos prejuicios, para tornarse “maduros” o “morales, y así superar el tutelaje religioso y político de la Iglesia y del Estado, del “cura y del príncipe”. La Moral era la ciencia que hace al hombre “maduro”, devolviéndole la conciencia de su dignidad, su destino, y su poder. El principal medio para efectivizar la “redención” fue encontrado en la unificación, y esta sería proporcionada por “escuelas secretas de sabiduría”. Estas “escuelas”, declaraba, “fueron siempre los archivos de la naturaleza y de los derechos del hombre; a través de su accionar, el hombre se recobraría de su caída, príncipes y naciones, sin violencia que los fuerce, se esfumarían de la tierra; la raza humana se convertiría en una gran familia, y el mundo la morada de seres racionales. La ciencia moral por sí misma lograría estas reformas ‘imperceptiblemente’, cada padre se convertiría, como Abraham y los patriarcas, en el pastor y señor absoluto de su casa, y la razón sería el único código legal de hombre”. ("Nachtr.", p. 80 sq.; repetido textualmente en Knigge, "Die neuesten Arbeiten", p. 38). Esta redención de la humanidad por la restauración de su “libertad e igualdad” original a través de la “iluminación” y de la caridad universal, la fraternidad, y la tolerancia, es asimismo la verdadera doctrina esotérica de Cristo y sus Apóstoles. Aquellos en quienes la “iluminante” gracia de Cristo es operativa (cf. Heb., vi, 4) son los “Illuminati”. El objeto de la pura (i.e. iluminada) Masonería libre no es otro que el de la propagación del “iluminismo” por el cual la semilla de un nuevo mundo sería tan ampliamente esparcida que ningún esfuerzo de extirpación, aún violento, sería útil para prevenir la cosecha ("Nachtr.", pp. 44, 118; "Die neuesten Arb.", pp. 11, 70). Weishaupt declaró posteriormente (Nachtrag zu meiner Rechtfertigung, 77 sqq., 112 sqq.) que la Masonería era la escuela desde donde emanaron “estas ideas”.

Estos objetivos de la orden serían revelados a los miembros solamente después de su promoción al grado “sacerdotal” (Nachtr., I, 68). Los grados preliminares servían para la selección, preparación, y ocultamiento de los verdaderos “Illuminatti”, los otros eran para abrir el camino para la libre organización religiosa y social del futuro, en la cual desaparecerían todas las distinciones de nación, credo, etc. El gobierno de la orden estaba administrado por los superiores de las “iglesias”, “provinciales”, “nacionales” y “areopagitas” (que constituían el consejo supremo) de Minerva, bajo la dirección de Weishaupt como general de la orden. Los miembros solamente trataban con sus superiores inmediatos, y solamente unos pocos miembros de confianza sabían que Weishaupt era el fundador y cabeza suprema de la orden. Todos los miembros estaban obligados a darse un entrenamiento acorde con los propósitos de la sociedad, y hacerse útiles, mientras que la orden, por su parte, garantizaba promover sus intereses a través de los medios más efectivos. Se les recomendaba especialmente observar sistemáticamente a personas y eventos, para adquirir conocimiento, y a dedicarse a la investigación científica en tanto y en cuanto podría servir a los propósitos de la orden. Debían juntar información concerniente a todas las personas con las cuales tuvieran relaciones, y en todas las materias que pudieran afectar tanto a ellos mismos como a la orden debían entregar informes sellados; estos eran abiertos por superiores desconocidos para los escritores y eran, en lo sustancial, trasmitidos al general. El objetivo de esta y otras regulaciones era permitir a la orden lograr sus objetivos al asegurarle una influencia de control en todas las direcciones, y especialmente presionado a la cultura y la ilustración en su servicio. Todos los órganos iluminantes y oficiales, la prensa, escuelas, seminarios, secciones de catedrales (por lo tanto, también, todas las designaciones a sedes, púlpitos y sillas) debían ser llevados tanto como fuera posible bajo la influencia de la organización, y los príncipes mismos debían ser rodeados por una legión de hombres ilustrados, para, no solo desarmar su oposición, sino también para compelerlos a su enérgica cooperación. Se lograría entonces una completa transformación; se controlaría la opinión pública; “sacerdotes y príncipes” se encontrarían con las manos atadas; los entrometidos que se aventuraran a interferir se arrepentirían de su temeridad; y la orden se convertiría en un objeto de pavor para todos sus enemigos.

Los documentos, incuestionablemente genuinos, que se originaron dentro de la orden y fueron publicados por gobierno Bávaro: Einige Originalschr. des Ill. Ordens (confiscado por Zwack) (Munich, 1787); con Nachtrag (capturado del Baron Bassus) (en 2 partes, 1787); también documentos hechos públicos a través de otras agencies y reconocidos como genuinos por Knigge y Weishaupt: Der echte Illuminat (Edessa, 1788); Illuminatus dirigens oder schottischer Ritter (1794); SPARTACUS Y PHILO (KNIGGE), Die neuesten Arbeiten (1794); PHILO, Endliche Erklärung (1788). Declaraciones de miembros que dejaron la orden: COSANDEY, RENNER, Y GRÜNBERGER, Drei merkwürdige Aussagen (1786); IDEM (con UTZSCHNEIDER), Grosse Absichten des Ill. Ordens, con tres apéndices (1786). En defense de la orden: WEISHAUPT Apologie der Illuminaten (Frankfort and Leipzig, 1787); IDEM, Vollständige Gessch. d. Verfolgung der Illuminaten in Bayern (Frankfort y Leipzig, 1786); IDEM, Pythagoras, oder Betrachtungen über die geheime Welt- and Regierungskunst (1790). Contra la orden o concerniente a la misma de cualquier otro modo: STATTLER (Weishaupt's colleague at Ingolstadt), Das Geheimniss der Bosheit des Stifters des Ill. Ordens (1787); PRESTON, Illustrations of Freemasonry (1856); MOUNIER, De l'influence attribuée aux Philosophes, aux Franc-maçons et aux Illuminés sur la révolution Française (1822); JARCKE, Vermischte Schriften, II (1839); DESCHAMPS-JANET, La société et les sociétés, II (3rd ed., 1880), 93 sqq., 115 sqq.; III (1883), 34 sqq.; WOLFRAM, Die Illuminaten in Bayern u. ihre Verfolgung (1899-1900); ENGEL, Gesch. des Ill. Ordens (1906) (rico en documentos, pero favorable a Weishaupt); Hist-polit. Blätter (1889), I, 926-41 (lista official de Illuminati). 

Mucho se ha especulado acerca de si el símbolo que sen encuentra en el billete de un dolar americano es Iluminati. El hecho es que en en el billete actual de un dólar estadounidense aparece el Gran Sello de Estados Unidos el cual está compuesto por el "Ojo que todo lo ve", también llamado "Ojo de la Providencia". Aunque no es un símbolo de origen cristiano y no se lo menciona en la Biblia, todavía hasta hoy es asociado con el ojo del Dios judeocristiano Yahvé, el cual representa su omnisciencia y cobró importancia a partir del Renacimiento.

El símbolo fue gradualmente adoptado por los francmasones para representar una de las características de Dios (omnipresencia) y así evitar conflictos entre sus adeptos por lo que cada cual entendiere de Dios, encontrando de esta manera algo común a todas las religiones, símbolo que fue designado Gran Arquitecto del Universo.

El diseño de este sello fue aprobado por el Congreso de los Estados Unidos el 20 de junio de 1782 y posteriormente, en 1935, fue introducido en el billete de dólar por aprobación del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt, masón del grado 32° del Rito Escocés y también miembro de los Shriners[cita requerida].

La iconografía presente en el billete introduce la parte izquierda del sello (reverso) con el ojo en una pirámide egipcia trunca con 13 escalones (que simbolizan las 13 colonias de Estados Unidos, en cuya base está escrito el número 1776 en números romanos (año de la independencia de las 13 colonias). Va acompañada de la sentencia Annuit Cœptis, que significa ‘[Él] aprueba [nuestro] comienzo’, (haciendo referencia a Dios). Abajo aparecen las palabras "Novus Ordo Seclorum", que significa Nuevo Orden de los Siglos. Aunque obras de ficción literarias y cinematográficas traducen erróneamente esas palabras como ‘nuevo orden seglar’, la traducción correcta sería ‘Nuevo Orden de las Eras’ (o ‘nuevo orden de los siglos’, o según expertos latinistas, ‘el comienzo de una nueva era’ pues la palabra es el genitivo plural latino de saéculum, que en este contexto significa ‘generación, siglo o era’. La confusión viene del parecido de la palabra seclorum con la palabra latina saecularorum, esto en un sentimiento optimista de que la existencia de su nación (EEUU) marcaría una nueva era con los ideales democráticos en el mundo contrapuestos a los monárquicos del viejo continente.

El número 13 sigue extendido en el sello derecho (anverso): Un águila calva que lleva en la pata derecha una rama de olivo (símbolo de la paz) con 13 hojas y 13 frutos y en la pata izquierda 13 flechas (símbolo de la guerra), sobre su pecho ostenta un escudo con 13 barras, un lema con 13 letras que reza: E Pluribus Unum (‘De muchos, uno’) y finalmente, 13 estrellas sobre su cabeza que forman la estrella de David.

El escritor William Schnoebelen (quien dice ser ex Illuminati), explica el significado de este símbolo y comenta que se basa en un mensaje realizado por Jesucristo en el Evangelio según san Mateo, que él traduce como:

Jesús les dijo: «¿Acaso nunca leyeron en las escrituras: “La piedra que los constructores rechazaron es la piedra que llegó a ser la cabeza y esquina. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”» Mateo 21.42

Según Schnoebelen, la única piedra que puede ser cabeza y esquina, es el vértice superior de una pirámide, razón por la cual ellos le cortan esa piedra al símbolo, él explica: "Este símbolo en el dólar no es nada más que un talismán y este talismán se carga con la energía de miles de millones de personas diariamente".

Otra frase del billete de dólar reza: "In God We Trust", traducido como ‘en Dios confiamos’.

La confusión en el análisis e identificación del simbolismo Iluminati radica en el intento de esta asociación de apropiarse de la Masonería, lo anterior, en el momento de la infiltración dentro de las filas masónicas, genera que los Iluminatis (quienes no tenían en su origen símbolos ni signos especiales) hagan suyos los símbolos masónicos, lo anterior hace que mucho simbolismo masónico sea confundido con simbolismo Iluminati, tal es el caso del ojo que todo lo ve, o las frases relacionadas.

Este fenómeno aunado a las teorías de conspiración genera, sobre todo en EEUU (país fundado por masones y con principios Democráticos-Masónicos) una gran confusión entre el simbolismo y fines de las dos instituciones por parte de los teóricos de la conspiración, a pesar del antagonismo histórico que guardaron los unos contra los otros.

Los illuminati tenían también otro símbolo para su "escuela secreta de sabiduría", este era el Búho de Minerva, la diosa de la sabiduría. Este símbolo, igualmente se puede encontrar en el billete de un dólar a una escala minúscula, en el margen superior derecho entre una hoja y el margen que rodea al número uno.

Teorías de Conspiracion

en numerosas obras se han divulgado ciertas teorías en las que los Illuminati, después de subsistir luego de su prohibición, y a causa de su dedicada infiltración en la masonería, serían responsables de un gran número de sucesos importantes tales como la Revolución francesa, las Guerras Mundiales e incluso los atentados del 11 de septiembre de 2001 y las posteriores guerras en Afganistán e Irak.

La Revolución francesa

Esta teoría tiene tres orígenes. En 1786, Ernst August von Göchhausen en su libro "Revelaciones sobre el sistema politico cosmopolita", denunció una conspiración masónica-illuminati-jesuita y predijo "inevitables revoluciones mundiales"[5] tres años antes de la revolución francesa. A inicios del siglo XIX, el sacerdote jesuita francés Augustin Barruel (su socio literario Jacques-François Lefranc también compartió esa opinión en un libro[6] al igual que Pierre-Joseph de Clorivière[7] y Antoine de Rivarol[8] ) y el erudito masón escocés John Robison intentaron demostrar, independientemente el uno del otro, que muy por encima de factores tales como la constante represión del Tercer Estado, de las sucesivas hambrunas y del mal manejo de la crisis que hizo Luis XVI, el factor predominante que habría desatado la revolución sería una preparación metódica del proceso revolucionario, cuyo plan fue trazado detalladamente años antes de su estallido, ya que para que se produzca tal proceso, serían requeridas principalmente dos cosas:

  • Un clima cultural e intelectual apropiado que alimente las fuerzas potenciales. Como una situación de grave alteración generalizada que obligue a la población a exigir un cambio. El clima que se necesitaba para la Revolución francesa se generó en los años del enciclopedismo y la Ilustración, el cual era un movimiento de pensamiento iluminista.
  • Un grupo dirigente y de agitadores, que se encargue de organizar y movilizar a las masas para cumplir los objetivos deseados (Presuntamente los illuminati).

Se proponen, ante todo, tres pruebas:

  • En primer lugar, que todos los ideólogos, directores y dirigentes políticos de la Revolución francesa sin excepción, habrían sido francmasones: desde los teóricos propagandistas como Montesquieu, Rousseau, D'Alambert, Voltaire y Condorcet, hasta los activistas más prominentes de la Revolución, del Terror, el Directorio y el bonapartismo como el conde de Mirabeau, quien introdujo la Orden en Francia y los revolucionarios Saint-Just, Camille Desmoulins, Danton, Hébert, Jean Paul Marat, Robespierre, Felipe de Orleans, Fouché, Siéyès, François Babeuf (líder de la llamada Conspiración de los Iguales y considerado como uno de los primeros teóricos del comunismo así como un pre-anarquista), Rouget de L'Isle (compositor de La Marsellesa), Lafayette (creador de la escarapela tricolor), y hasta el mismo Napoleón. El famoso Conde de Cagliostro, que participó en las tramas del proceso revolucionario francés, creó la masonería egipcia y también recibió la iniciación en las logias de Weishaupt. Por otro lado, el hecho de que el grito de Libertad Igualdad y Fraternidad haya sido el lema de la Revolución francesa así como también la divisa de la francmasonería, confirma que en realidad, incluyendo o no a los illuminati, fueron los francmasones del siglo XVIII quienes desarrollaron la revolución. También el icono masónico del gorro frigio, que iniciática y simbólicamente representa un tocado más elevado que el de una corona,[9] ocupa un lugar importante en la parafernalia de la Revolución francesa, tal y como se lo muestra en la obra de Eugène Delacroix, La libertad guiando al pueblo. La personificación de la Libertad de Delacroix usando el gorro frigio Por su parte, el historiador masón Louis Blanc señaló que la mayoría de los revolucionarios eran masones, nombrando en la logia "des neufs soeurs" Dominique Joseph Garat, Jacques Pierre Brissot, Bailly, Nicolas de Condorcet, Camille Desmoulins, Nicolas Chamfort, Danton, Christophe Antoine Gerle dicho Dom Gerle, Rabaud Saint-Etienne, Alexandre Pétion, y en la logia "de la Bouche-de-Fer": Claude Fauchet, Goupil de Préfern y Nicolas de Bonneville.[10] André Baron denunció la mano directa de la logia masónica "Les Amis Réunis" sobre los crímenes del Reinado del Terror[11] nombrando ante los masones Jean-Louis Carra,[12] François Babeuf y Robespierre y con el autor Jean-Emmanuel Le Coulteux de Canteleu citó Jacques-René Hébert, Jean Paul Marat, Joseph Le Bon, Saint-Just.[13] [14] Augustin Barruel señala que los verdugos que asesinaban prisioneros durante el Reinado del Terror practicaban el saludo masónico entre ellos.[15]
  • En segundo lugar, existió en Francia, poco antes de la Revolución francesa, una logia de francmasones, la cual se hizo llamar de manera muy similar a la orden de Adam Weishaupt, "Les illuminés". Ya que este grupo era pequeño y menos influyente, molestó tan poco como el hecho, de que los illuminés franceses eran adeptos a una tendencia mística y a la iluminación radical de Adolph Von Knigge, lo cual Weishaupt no tenía en mente.
  • Por último, en febrero de 1787, se llevó a cabo en Francia la Asamblea de los Notables, convocada por Charles Alexandre de Calonne. Y, en los años posteriores, 1788 y 1789, una logia masónica de París, "Amis Réunis", recibió a algunos de los máximos cargos de los illuminati ya disueltos, como Johann Christoph Bode y el barón de Busche.

Las Guerras Mundiales

Quienes apoyan estas teorías, citan como ejemplo la presunta existencia de una serie de cartas escritas entre los años 1870 y 1871, que predicen las dos guerras mundiales (aunque fueron dadas a conocer después de las dos guerras) se conservarían en los archivos de la biblioteca del Museo Británico entre un antiguo militar confederado llamado Albert S. Pike (de hecho el único representante de la Confederación, y a la vez miembro activo del Ku Klux Klan, honrado con una estatua en Washington D. C.) y el francmasón y carbonario Giuseppe Mazzini, un filósofo y político italiano que se esforzó por unificar los estados italianos y quien había sido seleccionado por los illuminati para dirigir sus operaciones mundiales en 1834. El Museo Británico desmiente la existencia de dichas cartas.

Según William Guy Carr, una de las cartas está fechada el 15 de agosto de 1871 y habría sido escrita por Pike a Mazzini

Fomentaremos tres guerras que implicarán al mundo entero. La primera de ellas permitiría derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo necesaria como una oposición controlada y antítesis de la sociedad occidental. Las divergencias causadas por los "agenteur" (agentes) de los illuminati entre los imperios británico y alemán serán utilizados para provocar esta guerra, a la vez que la lucha entre el pangermanismo y el paneslavismo. Un mundo agotado tras la guerra, no interferirá en el proceso de construcción de la "nueva Rusia" y el establecimiento del comunismo, que será utilizado para destruir los demás gobiernos y debilitar a las religiones.

La segunda guerra mundial se desataría aprovechando las diferencias entre la facción ultraconservadora y los sionistas políticos. Se apoyará a los regímenes europeos para que terminen en dictaduras que se opongan a las democracias y provoquen una nueva convulsión mundial cuyo fruto más importante será el establecimiento de un Estado soberano de Israel en Palestina que venía siendo reclamado desde tiempos inmemoriales por las comunidades judías. Esta nueva guerra debe permitir consolidar una Internacional Comunista bastante fuerte para equipararse a la facción cristiana/occidental.

La tercera y definitiva guerra se desataría a partir de los enfrentamientos entre sionistas políticos y los dirigentes musulmanes. Este conflicto deberá orientarse de forma tal que el islam y el sionismo político se destruyan mutuamente y además obligará a otras naciones, una vez más divididas sobre este asunto, a entrar en la lucha hasta el punto de agotarse física, mental, moral y económicamente... Liberaremos a los nihilistas y a los ateos, y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin rumbo y ansiosos por un ideal pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera LUZ a través de la manifestación universal de la doctrina pura de "Lucifer", sacada a la vista pública finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del cristianismo y ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempoWilliam Guy Carr, Peones en el juego (1955)

Fuente:
The Catholic Encyclopedia, Volume I
Wikipedia

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